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Historia de dos hermanos
Fecha: 11/10/2025, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Berlith, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... —dijo mientras le ayudaba a bajar el saco a mi hermano. Aun así, lo veía llorar y ambos bajamos llorando hasta la casa. Nos fuimos a bañar, pero él dijo que fuéramos a la cascada. Lleve lo necesario y caminamos rencos ambos. Poco a poco su sonido se hizo más fuerte al llegar. Nos sacamos lo puesto y nos metimos al embalse. Nadamos suave hasta llegar a su caída y empezamos a frotarnos la suciedad para luego enjabonarnos. Nos dolía todo y nos pedíamos perdón entre ambos. Estábamos bien adoloridos. Entre nosotros no había lo que en la ciudad criticarían falta de pudor. Desde chiquitos nos bañábamos juntos. No había casi intimidad en casa. Las separaciones de habitación eran casi transparentes o no había. Los sonidos se oían por todas las cuatro paredes principales de la casa. Estoy segura que hasta mi hermano recuerda cuando mi mama me pario. De regreso al otro lado del estanque le volví con el tema de irnos. —Ya deja eso Isa¨! —me levanto la voz. —adonde iríamos? ¿Con quién? —miro al estanque y se hecho agua a la cara. —con mama —respondí mirándole y tratando de sentarme sin dolerme. —acaso sabes dónde está?! —volvió a resondrarme —deja de joder con eso Isa¨. Esta es nuestra casa. Además, el …ya se fue a trabajar a no sé dónde. Dijo… que cuidáramos la chacra. —tengo miedo, José —cubriendo mi cara entre mis manos. —ya veremos —consoló mi hermano abrazándome con un brazo que espanto algo mis preocupaciones. Regresamos juntos de la mano llevando nuestros útiles desnudos ...
... al llegar estábamos secos. Tendidos, comenzamos a planear los deberes y nos quedamos dormidos. Más adelante me desperté. José seguía dormitando. Busque algo para ponerme. Pase por la puerta principal esperando que nunca viniera papa. Y comencé arreglar la casa tratando de no hacer ruido. Para seguir con cocinar poco, solo para nosotros dos. Algo de plátanos macho con arroz. Cuando termine el seguía durmiendo. Así que empecé a hacerle medicina para ambos como me enseño mama. Fui a buscar hojas de Llantén afuera. Al menos hay muchas por el camino. Las lave y coci en agua cuando estaban blandas las chanqué con el mortero y puse la pasta en el en un envase de botella de plástico cortada. Estaba hecha puré. Se la aplique con mis dedos después que lo despertara. “Mi pobre hermano, maldito”, le maldije en mis pensamientos. Se lo puse a ocho lugares y no pude seguir porque estaban tras de él. Amo a mi hermano, el siempre salía a mi rescate como con mi mama también. Como no le ayudaría yo. Me di la paciencia en cuidarlo lo más que pude. Le estaba pasando la crema por su barriga cuando empecé a ver su Ullo pararse. En la selva le llamamos Ullo al pene y Ojote al trasero. También le decimos a las mujeres Huambrillas y a las mujeres alegres liberales Pishcotas. Bueno, al menos les enseñe algo de mi tierra. No es que no lo haya poco visto. A papa se lo veía cuando salía del estanque y mama se lo chupaba. “Oh, sí, chupa suave que bien me siento”, recuerdo que decía eso. Para luego mama ...