1. INCESTO HISTORICO


    Fecha: 16/10/2025, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: marino, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Dice el dicho que nunca es tarde cuando la dicha es buena. Mi nombre es Fernando y tengo 40 años. Separado hace dos de una relación bastante larga con una novia que no iba para atrás ni para adelante. No había feeling, el enamoramiento se había apagado hace mucho, discutíamos siempre y no teníamos casi sexo. Poco y malo a mi criterio. Como el departamento que compré lo hice a medias con mi ex novia, para evitar disgustos se lo dejé a ella y volví a la casa mi madre, Adriana, protagonista central de este relato. 
    Ella es una linda mujer de 62 años que todavía conserva en buena medida ese aspecto descomunal que tuvo en su juventud. De una belleza extrema, mi madre fue de las mujeres simples (me refiero a las minas de le calle, de la oficina, del barrio que no son famosas ni son bellezas del cine o la tv) mas preciosas que recuerde. Madre soltera me tuvo en un descuido de sus veintidós años que ya les contaré y me crió de la mejor manera posible. Trabajó como empleada de un sindicato y militó en política hasta su jubilación. Yo hice la carrera mercante y soy marino profesional. Trabajo tres meses en alta mar y un mes de descanso en tierra. Si me tocan labores de ríos internos la relación es un mes entero sobre los buques y una semana seguida de descanso. 
    Mi trabajo enfrió mi relación con mi novia y como les dije llegó la separación. Dado que tenia con ella poco y mal sexo aprovechaba las incursiones marítimas para descargar el estrés en algún burdel de puerto, junto a mis ...
    ... compañeros de faena. Mi novia supo que en mis últimos viajes solía acostarme con mujeres de la noche y eso decidió la separación. Desde hace dos años me separé de ella y estuve un año sin tener sexo de no mediar dos o tres aventuras de prostíbulo. 
    Cada vez que volvia a tierra firme iba a la casa de mi mamá, Adriana, que como les dije está jubilada desde hace dos años. Mi madre sigue siendo linda les dije, pero el recuerdo de lo que era de joven es algo estremecedor. Retrocedamos unos treinta años en el tiempo. Yo tenía apenas diez y ella 32. Pero ya adivinaba que era una mujer espléndida. Cuando yo ya andaba por los 15 se podrán imaginar. Mamá tenía 37 y era la referente de todos mis compañeros de secundaria. Escuchaba obscenidades de todo tipo por parte de mis amigos. Recuerdo que uno me dijo un dia: “como hacés para aguantarte, seguro que le dedicarás buenas pajas en honor a tu vieja, no”. 
    Esa frase fue un antes y un después en mi vida porque a partir de entonces mi mente adolescente no pudo evitar caer en la curiosidad muy morbosa del erotismo incestuoso. Empecé poco a poco y no sin vergüenza a imaginarme a mi madre como mujer. Atributos no le faltaban: rostro sumamente bello y agraciado. Hermosas facciones. Piel impecable, juvenil, sedosa. Labios carnosos y dientes blancos y perfectos. Ojos color miel. Sonrisa divina y notablemente simpática. Pelo medio rubión claro, semi-largo y bastante lacio. Muy bien fornida, tenía hombros y espalda llamativa, una cintura no tan ...
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