Una esclava inesperada III
Fecha: 16/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
Nuevamente, les estoy agradecido por sus valoraciones e índices de lectura. Agradezco de antemano sus comentarios.
Felices pajas.
Ocho de la mañana. Me desperté con unas ganas tremendas de orinar. Me levante para ir al baño, cuando una voz que me detuvo.
- ¿A dónde vas peloncito? – preguntó la voz sugerente de Ga y añadió – No me vallas a dejar aquí…
- Acompáñame – le dije serio recordando lo que había planeado la noche anterior
Sonrió levemente y se levantó mostrándome su anatomía. Pechos, piernas, cintura, cabello. Todo en ella me parecía perfecto. Al pasar junto a mi notó mí ya inhiesta verga. La tomo con una mano mientras me daba un beso de buenos días.
- ¿Después de todas las cogidas de ayer y sigue en pie de guerra? – preguntó cachondamente. Verla desnuda esa mañana, es una imagen que jamás abandonará mi memoria.
- Esto siempre les pasa a los hombres todas las mañanas… - respondí
- No a todos y no creo que siempre…
- ¿Tú qué sabes? – pregunté extrañado por ese comentario, aunque olvidaba que ella tenía mucha más experiencia que yo
- Ya te contaré. ¿A dónde nos dirigimos?
- Al baño
Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro. Al parecer le fascinaba que la mearan y en lo personal, me daba muchísimo morbo hacerlo. Llegamos al baño se metió a la regadera y se puso de rodillas abriendo su boca sin que la sonrisa abandonara su rostro. Desnudo y con unas ganas tremendas de desahogarme, oriné (no sin experimentar ciertas ...
... dificultades, pues tenía la polla erecta) sobre aquella bella letrina humana y a pesar de que se acababa de despertar ya se estaba masturbando mientras un líquido amarillo la bañaba. Ella trataba de tragar cada gota y no me dejaba de sonreír.
Sin previo aviso paré, pues tenía algo aún mucho más asqueroso planeado y quería ver hasta qué punto podía llegar ella.
- Cada vez que quieras puedes hacer esto. Me encanta. – me soltó mientras saboreaba mis meados.
- Eres una degenerada, pero me excitas con tanta porquería que haces – se rio como una niña chiquita, pero se seguía masturbando – pero no he acabado, tengo algo planeado para ver qué tan enferma estas.
- ¿Y eso te excita? ¿Te excita que sea una puta degenerada? – me preguntó con un tono de voz muy cachondo.
- La verdad sí. Ahora, pon tu culo en pompa, que te quiero coger. – le ordené firmemente.
- Eres todo un semental… pero sólo si me das unas nalgaditas.
- ¿No te duelen las nalgas de todo lo que te azoté ayer? – pregunté extrañado, pero excitadísimo de que ella misma me dijera eso
- Sí, pero… ya te dije, me encanta que me azoten el culo.
- Como quiera la putita…
Alzó ese soberbio culo y sin más le solté una lluvia de azotes bastante fuertes. Penetré su vagina primero para lubricarme la verga y se la fui metiendo poco a poco en el culo. A decir verdad, me di cuenta de que estaba ya un poco abierto. Y comencé a bombear normal, pero eso sí, sin dejar de nalguearla. “Ay cabrón, me estas destrozando el culo” ...