Una esclava inesperada III
Fecha: 16/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... “Au… au… au…” “Ay, me duele, me duele…” me decía y le solté que me valía verga que le doliera, que me encantaba azotarle ese culote que se cargaba y me contestaba “si pendejo, si, dame entonces más duro, sin una pinche… ay… pizca de piedad”
Seguí por no más de 20 minutos con un ritmo normal y ya casi me venía, pero antes de hacerlo, se la saqué y comprobé con gusto que estaba llena de mierda. Mi verga estaba casi completamente café. Y lo que hice fue metérsela en la concha, así toda sucia. Y justo cuando se la metí, empecé a orinar de nuevo, pero dentro de ella, mientras la bombeaba muy rápidamente.
- ¿Acaso estas orinando dentro de mi puto pervertido? – me preguntó sorprendida y sonriendo.
- ¿Qué son esas formas de dirigirte a mi pendeja? Eso te va a costar muchas nalgadas. Y sí, me estoy orinando en tu pinche concha.
- Pinche puto pervert…
- Si me sigues llamando así… – y le solté un manotazo en los mulsos.
- ¡Pinche puto pervertido! Nalguéame, pégame y hazme lo que quieras cuando se te hinche el huevo cabrón. Lastímame, hazme llorar. ¡Humíllame!… Oh… que rico se sienten tus meados dentro de mí… ¡Oh sí! Pégame, más duro… así… OH… ME… AY… VEN…
- ¡Alto ahí perra! Ni se te ocurra venirte, primero te esperas hasta que yo me venga dentro de ti y todo lo que te eche adentro te lo guardas
- Por favor… si me sigues cogiendo… no aguanto…
- ¡Silencio! No me falta mucho…
Y si, en menos de un minuto termine dentro de ella y me despegue para salir a la ...
... cocina. “Quédate así puta y ni se te ocurra soltar ni una gota”. Rápidamente fui por una jarra. Cuando regresé se estaba masturbando, pero parecía que había obedecido. “Ahora ponte en cuclillas, mastúrbate y suelta todo lo que hay en esta jarra”.
- ¿Es en serio? – dijo sorprendida
- Si
- Pero…
- Es una orden puta
- Si amo – respondió con una leve y nerviosa sonrisa.
Se masturbo en cuclillas mientras yo le retorcía los pezones lo más que podía. Al parecer eso le ayudo y le gustó porque en un santiamén se corrió y soltó lo que tenía dentro. Algo fue a parar fuera, pero gran parte de la bizarra mezcla quedó dentro de la jarra. Quizá poco más de 1 trago. Era suficiente. Ahora iba a comprobar si estaba tan mal como yo…
- Ahora trágatelo todo y después me limpias la verga – espeté. Me sentía extraño de escucharme a mí mismo siendo tan grosero, pero debo reconocer que me gustaba bastante.
- Como usted ordene amo.
Y lo hizo sin vacilar. Se empinó la jarra y bebió su contenido de un solo jalón mientras nuevamente retorcía sus pezones de una manera brutal. Tal vez por la humillación, tal vez por mis manos o tal vez por todo, pero se corrió una segunda vez en casi nada de tiempo y calló rendida en la regadera. A mí, mientras tanto, se me volvía a parar; sin embargo, ya me dolía la cabeza del pene por tanto sexo… y a pesar de eso quería más. Pero sentía algo más…
- Yo sabía que eras todo un cabrón… Ese ha sido uno de los mejores orgasmos que he tenido… gracias… ...