La reina Verónica y su lucha en desventaja - Relatos Eróticos

La reina Verónica y su lucha en desventaja

... venirse:
-¡Dios, me voy a reventar! ¡Toma leeecheeee!-

En ese momento, Verónica sintió como un chorro de algo caliente salió de la polla que tenía dentro y se expandía por su paladar. Asustada lo dejó ir y se lo sacó de la boca, pero el resultado fue peor, porque el segundo chorrazo de semen espeso y los siguientes fueron a parar a la cara de la chica. Un líquido blanco-amarillento ardiendo quemaba la piel de Verónica y cubrió sus ojos llorosos. Al mismo tiempo ella abrió la boca para quejarse y de ella salió una manantial del mismo semen, propio de una película porno.
-¡Ooooohhhh!- fue el grito generalizado por parte de los violadores al ver ese espectáculo. Verónica, con la cara corrida, estaba indignada.
-¡Diablo, cabron, le bañaste la boca desde temprano!-
-¡Ya no puedo esperar mas!- dijo el elegido, cachondo perdido por la cara inundada de la virgen. El otro agarraró los brazos de la luchadora facilitando a éste llegar al conejito virgen al instante. Verónica forcejeó pero su empeño fue inútil, la iban a tomar a la fuerza 
-Mirad que curvas, qué cintura gasta la preciosidad que voy a estrenar…-
-Déjame fotografiarla así... que preciosa vista, desnudita...-

El enmascarado se arrodilló delante de su conchita virginal, su compañero le abrían las piernas hasta dolerle a la luchadora elástica, mientras se entretenían tocando con descaro los muslos y las tetas de Verónica y sus duras nalgas, producto de su entrenamiento diario. Su conejito miraba con miedo a esa ...

... bicho desgarrador, al igual que lo hacía Verónica. El bicho ya tocaba la entrada de la chocha de la deliciosa niña, Verónica sintió el cálido tacto del miembro masculino contra su fina piel impoluta.

Los cerraditos labios mayores del coñito aparentaban proteger con fuerza la intimidad de Verónica. El violador acercó ese mamotreto sexual contra la pequeña abertura de la chica virgen, la comparación entre ambas era descomunal.
-¡Es, es muy grande!- dijo Verónica presa del pánico -¡No me va a caber!-
-A ver, nena, si te va a entrar, pero va a costar, estás bien apretadita. Te va a doler un rato, pero luego ya verás que bien cuando estés perforada, gozando de un buen macho…-

La imagen de Verónica perforada por ese tronco en su mente era aterradora, la iba a partir en dos. Se puso muy nerviosa, con lo cual el enmascarado se excitó aún más a la hora de fornicar. Ese hombre se moría de ganas de fornicar a la chica que tenía desnuda delante suyo.

Verónica volvió a gritar de puro terror, sintiendo su himen tan próximo a ser arrebatado. Estaba fuera de sí, intentó patalear y escapar, pero los otros negros corrieron a inmovilizar sus fibrosas piernas contra la cama, y el bravo amante apoyó su peso y sus toscos brazos hundiendo la figura grácil de la jovencita contra la cama, asfixiándola y sin darle opción a escapar. Agarrando con ambas manos las tersas y perfectas nalgas de la doncella prisionera, las usó para acercar el sexo aún más a la pelambrera densa de la base de su ...