PASEANDO POR RAJITAS - Relatos Eróticos

PASEANDO POR RAJITAS

Mi nena jadea y tiene los ojos en blanco, con la boca entreabierta. En cada momento aumentaba la frecuencia del bombeo. Ella sacudía las caderas, acompañando mi ritmo todo lo posible. Supongo que esos movimientos los debe haber aprendido viendo a la madre o a la hermana mayor, aunque podría ser su propia experiencia, dado que está en quinto grado y por tamaño y dilatación, no sólo no es virgen, sino que se nota su “experiencia”: más de una pija debe haber estado dentro.
Su rebote de culo y caderas contra mi pelvis me excitaba más todavía, si ello fuera posible. Grita y gime sin control, derramando fluidos sin parar. ¡Si pudiera enterrarla y lamer al mismo tiempo! Ante esta imposibilidad…, opté por los dos tiempos…
Le descargué tremendos chorros dentro de la concha y, todavía dura, se la saqué y la coloqué en un “símil” 69… “Símil” digo, pues es demasiado pequeña para uno normal, así que me encogí lo posible para que ella tuviera tener mi pija en su boca, y yo su conchita en la mía. Para eso me tuve que poner como signo de interrogación (¿), bastante incómodo, por cierto.
Mientras yo tragaba el coctel de meo y semen, ella lamía mi tronco… Sentía su lengüita recorriendo adorablemente la pija desde el glande a los huevos, mientras sus manitas no dejaban de sobar y acariciar.
 
¡Otra acabada! ¡Esta maravillosa criatura me llevaba al paraíso como ninguna otra hembra lo hacía! ¡Teníamos máquina para rato! 
-¡Tesorito! ¿Me dejás que te la meta por el culito? – Mi ardiente y ...

... constante deseo: un culo para visitar.
-Si…, papito…, yo te dejo…, pero tengo miedo que me duela…
-¿No te desvirgaron el culito todavía, mi amor?
-Si, si, lo hizo mi papá…, pero me dolió… - ¡Qué padre degenerado…! ¡Encima le hace doler! - Me gustaría que me la metás vos…, pero tengo miedo que me vuelva a doler…
-Te la meto despacito…
-Si, si, lo sé…, vos sos muy cariñoso…, pero… igual me puede doler…
-Bueno, bueno…, nos tomaremos el tiempo que sea necesario. Tené paciencia. – La hice poner en cuatro y la besé, chupé y lamí, llenando el asterisco de saliva. – Esto es preparación previa, amorcito. Voy a traer un lubricante la próxima vez y te lo pongo en el culito, para que entre mejor…
-¿Qué cosa?
-¿Qué cosa qué? – Era una conversa entre tartamudos o sordos…
-Qué cosa “entre mejor…” ¡Eso pregunto! – La nena está intrigada o se hace la estúpida. ¡Me da lo mismo!
-Y… ¿de qué estamos hablando? ¡De metértela en el culo!
-¡Ah…, claro, tenés razón! ¡Eso es lo que quiero!
-Te decía que para que no te moleste para nada, voy a traer un lubricante y te vas a poner en la colita un plug…
-¿Qué cosa? – ¿Esta piba nunca había cogido?
-Un plug…, es una cosita… como decir…, como si fuera una pequeña pija, cortita pero ancha, que se mete en el ano para dilatarlo de a poco…, poco a poco, de pequeño a más grande…, hasta que el hoyito quede en la medida, más o menos…, de la pija que va a entrar…
-Aaaa… ¡Si, claro! ¡Vi a mami tener eso en la colita! ¡Se lo puso papá! ¡Y le dolió un ...