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        PASEANDO POR RAJITAS
 Fecha: 23/10/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
 ... ves todos los días que vuelvo de la escuela! -¡Pero no sola! Por eso te digo que estoy feliz de verte… - Ambos nos detuvimos… - Estás sola y te puedo decir que sos muy linda y que me gustás mucho… -¡Aaahhh…! ¡Perooo…! ¡Yo pensaba que te gustaba mi hermana! -Tu hermana también me gusta… ¿No me pueden gustar las dos? ¡Las dos son hermosas! – Se puso colorada como un tomate y agachó la vista. – ¡No tenés que avergonzarte por ser linda! -Yo…, yo…, nunca me dijeron eso… -Pues ahora lo sabés: sos hermosa y me gustás…, igual que tu hermana… ¡No podrás decir que no tengo buen gusto! -Es que…, no sé qué decir… -No tenés que decir nada…, sólo seguir siendo hermosa… y venir sola más seguido…, así podemos ir a pasear juntos. Mis intenciones no eran nada platónicas. La nena, de unos 10 años, tenía las carnecitas tan bien puestas que, en uniforme escolar o, como ahora, en discreto pantaloncito y livianita blusa, no podía disimular su redondito culito y sus luminosas tetitas…, luminosas digo…, pues los pezoncitos perecen dos linternitas… -¿Puede ser que en algún momento podemos pasear juntos…, por el barrio digo…? -Es… que…, no sé… No creo que mamá me deje… -Pero…, no tiene por qué saberlo… Salís a hacer algún mandado…, y… le decís que había mucha gente y nos vamos a pasear un poquito…, por acá nomás… -¿Y… cómo? -Y…, caminamos…, y si encontramos… algún lugarcito… más íntimo…, digo…, un lugar donde… no pase gente…, nos quedamos… ¿No te parece? ¿Te gustaría? – Tiene una ... ... mirada tan ansiosa que no podía permitirme dejar pasar la oportunidad de “engayolarla…”, o hacerla comprometer… -¿Dónde nos quedaríamos? -Dónde nadie nos vea… ¿no te parece? Estaríamos solos y tranquilos… y… podríamos “jugar”. – El “jugar” iba con toda intención…, con toda “mala” intención. -Si, si, me gustaría… -Bueno, te espero a esta hora mañana… -Pero… ¿y si mamá no me pide nada? -Le “hacés acordar” de cualquier cosa que falte… -Bueno, intentaré… - Y nos separamos. Próximo paso…, a esperar… Martita lo deseaba tanto como yo. ¡Sus ojos lo decían! Y fue así. No pasó más de un día. Yo tenía perfectamente identificado el lugar, unos matorrales, prolijamente recortados, con el césped limpio y parejo, producto todo del reciente trabajo de jardinería del personal de la alcaldía. Ya sabíamos dónde…, donde van todas las parejas a “rascar…” Nos encontramos en la lomita a la que nadie subía, dado que el sendero peatonal la rodeaba prolijamente. El espacio entre las plantas era el justo para estirarse y retozar plácidamente. Sin mayor preámbulo, le retiré la bombachita, que prolijamente guardó en el estratégico bolsillito de la pollera, que subió hasta la cintura. Me bajé los pantaloncitos futboleros hasta los tobillos – previsoramente no me había puesto calzoncillo – y me arrodillé entre sus piernas, estratégicamente abiertas y recogidas sobre las tetitas. Esto es algo que, supuestamente, había visto a la mamá. Me incliné sobre ella, apoyado en rodillas y codos. Yo hacía ...