Horas extras doble vida - Relatos Eróticos

Horas extras doble vida

... demás dándome las pautas de lo que era una lavativa y cosas de ese estilo para que me acostumbras acostumbrarse a tener mi intestino limpio. 

Me dejó un par de tangas en la habitación y me dijo que tendría que ir a comprar más ropa para poder usarla en casa. 

Beso con ambos en la boca caricias y cuando me senté en la mesa Adolfo me entregó su verga para que la mamáse.

Eva. Deja la niña que desayune luego ya tenéis tiempo todo el día hasta que se vaya a trabajar. 

Después de desayunar ayudé a la mujer a llevar las cosas a la cocina cuando recogimos todo ella se sentó en la encimera subiendo sus piernas en ella y abriendo su coño todo lo que podía mi lengua es carbón aquel coño y buscó su ano que se encontraba bien dilatado pasando mi lengua durante un buen rato por toda aquella raja y saboreando con pasión hasta conseguir darle un satisfactorio orgasmo. 

Me dirige hacia la terraza donde Adolfo estaba recostado sobre una hamaca con su polla flácida echada hacia un lado comenzó a besarle los ingresos y poco a poco su pene hasta que cuando empezó a ponerse dura me la metí en la boca y sin tocarla con las manos comencé a chuparla hasta que adquirió es ...

... un gran tamaño. 

Estuve durante diez minutos mamando será pensando que aquello era suficiente. 

Adolfo. Mira hoy me tendrás que desechar tú ya que esta noche que se lo eché todo a Eva no he descargado. 

Aquella orden laudecí sin decir nada mientras Eva se sentaba al lado y comenzaba a restregarse su clítoris viendo como yo mamá mamá aquella polla unos minutos después y sentí como se hinchaba y terminaba echándome la buena cantidad de leche en la boca que fui tragando hasta la última gota me dio cierto asco pero lo que realmente sentí fue aquella extraña sensación de entrega y sumisión que me convertía en objeto de placer para ambos me besó efusivamente Adolfo agradeciéndome la mamada al tiempo que a Eva le llegaba un orgasmo.

Eva me iba de compras no me podía imaginar ir a tiendas de lencería donde yo mismo elegiría la ropa interior que llevaría picardías medias liguero minifaldas vestidos corzos todo un ajuar que ella fue comprando como si para una sobrina fuese aunque sabía que yo era el destinatario. 

Ya en casa. 

Eva. Date cuenta que me he gastado una pasta contigo así que esto no tendrás que pagar con tu cuerpo siendo una buena hembra......