1. Mi hija me sedujo y no me resistí


    Fecha: 16/03/2019, Categorías: Hetero Autor: arpharod, Fuente: CuentoRelatos

    ... estas medio loquita.
    
    -Tu, dándole la razón a mamá...
    
    -Pues sí... aunque a veces a ti te gusta provocarme...
    
    -Y quien dice que es solo provocación... hay que ver... a tus 50 y pico de años y todavía no conoces a las mujeres... tú crees que nosotras andamos de regalía y nos insinuamos ante el primer hombre que se nos para al frente, no, no señor.
    
    -Bueno, en lo referente a las mujeres... no sé, pero en donde no voy a discutir es que de verdad no conozco a mi hija
    
    -Tu acaso creías, que yo te abrazaba, que te mostraba mis pechitos, te hacia preguntas sobre el amor, te enseñaba las pantaletas de una y mil forma diferentes por tan solo provocarte... si no lo único que falto fue quitármelas y ponerte en la cara mi pochonguita, para ver si te fijabas en mi... la verdad es que eras bien... distraído por decir lo menos.
    
    Sin pensar en las consecuencias de mis incestuosas acciones, tire de una de las trencillas deshaciendo el pequeño lazo, simultáneamente a que la pequeña prenda dejaba ver claramente los fraternales labios vaginales, Karina tomo entre sus dedos el glande acariciándolo suavemente, nuestros labios se unieron en suave y lascivo beso. A mis manos les faltaba tiempo para recorrer el cuerpo desnudo de mi hija, ella no se quedaba atrás en corresponder mis caricias, los labios permanecían unidos mientras las lenguas eternizaban su impúdica guerra.
    
    En un momento determinado quede de espaldas sobre la cama con Karina sentada a horcajadas sobre mí, el glande ...
    ... rozaba los abiertos labios vaginales, con un suave pero enérgico movimiento de cintura, la fraternal vagina engullo lentamente la erecta verga. Era y fue indescriptible la divina sensación de penetración, sentir como mi pene se abría paso entre las sensibles entrañas, experimentar como las flexibles y húmedas mucosas cedían ante presencia del erecto invitado, para seguidamente cobijarlo brindándole una cálida envoltura, el desplazamiento de su cintura con rítmicos y lentos movimientos, la candencia de subí-baja, de lado, hacia delante, hacia atrás, rayaban en la perfección. Sus grandiosas tetas se desplazaban al son impuesto por la cimbreante cadera, el cuerpo de Karina tenía tres puntos de apoyo para mantener el equilibrio, sus manos sobre mi pecho y mi estaca incrustada al máximo en la pringada y complaciente vagina.
    
    Karina tomo entre sus dedos uno de sus pechos, guiándolo con extremada lentitud hacia mi cara, colocando el epicúreo y erecto pezón entre mis labios, al cual chupe con verdaderas ganas, luego realizo la misma operación con la otra teta, mis manos se habían apoderado de aquellas magnificas bolas de carne que conformaban el trasero de mi hija ayudándola en su movimiento de subí-baja, a la vez que trataban explorar el arrugado y oscuro agujero anal. Los músculos de todo mi cuerpo comenzaban a tensarse en clara señal de que el orgasmo se acercaba, la rigidez de mi abdomen casi me impedía el continuo martilleo de pene en su vagina, los dedos de mi mano se aferraban ...
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