1. Ari: Prisionero de Mi Piel VI


    Fecha: 03/11/2025, Categorías: Transexuales Tus Relatos Autor: EntreLineas, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... alusión a mi short —ordenó, con esa voz que no admitía objeciones.
    Obedecí, temblando, quedando expuesta solo con mi ropa interior. La sonrisa de Jordan se ensanchó mientras se subía a la cama, inclinándose sobre mí. Me abrió las piernas con brusquedad y sus dedos recorrieron mi piel como un dueño reclamando lo que es suyo.
    —Te dije que ibas a pertenecerme siempre, Ari… —susurró en mi oído antes de arrancarme el último pedazo de tela que me cubría.
    Jordan se inclinó sobre mí, atrapándome bajo su cuerpo.
    —Eres mía chiquita.
    Yo cerré los ojos, rindiéndome, con la voz quebrada:
    —Haz lo que quieras… ya no puedo luchar más.
    Su sonrisa se ensanchó, victoriosa.
    —Eso quería oír.
    Y entonces todo se volvió fuego. Sus palabras, sus caricias, su dominio. Yo me dejé arrastrar, entre lágrimas y gemidos ahogados, a otro abismo del que ya sabía que no iba a salir.
    La penetración fue inmediata, profunda, brutal. Mi grito se ahogó contra su boca, y él no se detuvo ni un instante. Marcaba el ritmo, dominaba cada ...
    ... movimiento, sujetándome de las muñecas contra la cama, obligándome a rendirme bajo su fuerza.
    Yo gemía, lloraba de placer, sin poder resistir. Cada embestida era un recordatorio de que estaba bajo su control absoluto. Y aunque mi cuerpo ardía y mi mente gritaba que ya no podía más, otra parte de mí lo deseaba, rogaba porque no parara nunca.
    —Dime que eres mía —ordenó, mirándome con intensidad.
    —Soy tuya… —jadeé, rota, entregada, enamorada.
    Jordan sonrió, penetrándome más fuerte, como si esas palabras fueran el tributo que necesitaba para reclamarme por completo.
    Esa mañana Jordan me hizo el amor como 6 veces era un semental un verdadero macho, yo me sentía su mujer entre sus brazos. Jordan se terminó de ir casi a la 1 de la tarde ya que tenía un campeonato en la tarde es lo que me dijo, y me dejo tirada en la cama hecha añicos, entendí que había cruzado un límite, lo que sentía por Jordán podía destruirme o hacerme sentir más viva que nunca. Y no podía dejar de pensar que lo deseaba, aunque quisiera negarlo. 
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