MIS BAJAS PASIONES (EL TRABAJO) - Relatos Eróticos

MIS BAJAS PASIONES (EL TRABAJO)

... aspecto que no me soltaba y que me veía con ganas de violarme ahí mismo. Entramos a una oficina que tenía varias sillas y un escritorio al fondo, había otros 2 señores del mismo aspecto que el señor que me tenía tomada por la cintura y también me miraron de la misma forma que él, cómo ven la princesa que nos mandaron para ofrecernos las instalaciones del hotel, me imagino que nos vas a mostrar todo o no cariño. Me presenté tartamudeando de los nervios, logré zafarme del tipo que me tenía cogida de la cintura y me fui caminando hasta el escritorio, me senté detrás de él y sonriendo me dispuse hacer mi trabajo, mmmm creo que si te sientas mejor aquí en las sillas junto a nosotros podremos ver mejor lo que tienes para enseñarnos no crees. No tuve más remedio y me fui a sentar en una silla enfrente de ellos, lo tuve que hacer con muchísimo cuidado, ya que este vestido se sube mucho al sentarme y alcanzaba a enseñar un poco del encaje de mis medias. Intenté taparme con la carpeta que traía pero uno de ellos me la quitó con el pretexto de ver las fotos. Los tres estaban sentados enfrente de mí, uno puso el álbum de fotos sobre sus piernas y me pidió que le explicara cada una de ellas, por lo que tuve que estirarme señalando cada imagen, los otros dos señores se pararon y se pusieron cada uno a mi lado ya que al estar sentada y estirar mi brazo el vestidito se me subía mostrando todo el costado de mis piernas y faltando muy poco para que se me levantara de atrás enseñándoles mi ...

... tanguita. Me recorrí hacia delante de la silla sintiendo como ya no estaba sentada encima de mi vestido, sino que mi culo ya tocaba directamente la cubierta del asiento. Volteé a ver a los que estaban a mi lado quienes ya tenía su verga totalmente parada, se la acariciaban por encima del pantalón y no les importó que los observara, se acercaron poniéndose muy cerca de mí, sus penes los tenía a escasos 10 centímetros de mi cara. Fingí no darme cuenta y alcancé a ver que entre ellos se hacían señas para que ahora vieran mis tetas que se les mostraban generosamente al estar de pie. Seguí mi presentación sintiéndome cada vez más nerviosa, el hecho de tenerlos tan cerca y darme cuenta que los había provocado sin querer, hacía que me subiera la temperatura de mi cuerpo. Intentaba torpemente bajarme el vestido para que no se me notara el encaje de las medias, aunque era casi imposible, mi pulso se aceleraba y me equivocaba en cada palabra que decía. Cuando terminé de dar toda la información del hotel, pensé que había logrado librarme de ellos, pero el que parecía ser el jefe de los otros me levantó y abrazándome por la espalda dijo encaminándome hacia la puerta: ustedes no pueden llevar el servicio a otro lugar que no sea el hotel, nosotros hacemos reuniones en la universidad, vamos para que conozca las instalaciones y nos diga si ahí nos pueden llevar todo. No supe que decir, por un lado ellos tenían razón en lo que decían pero era obvio que sus intenciones eran otras, al parecer no se ...