-
Hailey: La enfermera de vampiros (III)
Fecha: 08/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: AllenNilsen, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... por la ventanilla: Hailey estaba apoyada de lado en la pared, con una mano sobre su cabeza y una expresión de fatiga notable, pero lo que a él más le llamó la atención fue el camisón; era el mismo camisón corto y delgado que estaba usando en la mañana, pero ahora la hacía ver más sensual. Tal vez porque estaba rasgado en algunas partes, como obra de rasguños y tirones de los vampiros; tal vez porque, a contraluz de la ventana de atrás, se podía apreciar la figura de su cuerpo desnudo; o tal vez porque el frío levantaba esos pequeños pezones, visibles bajo la ropa. Lucián no disimuló su mirada ni un segundo: —¿Qué ocurre? —Lucián… ese es tu nombre, ¿verdad? —susurró Hailey—. Ayúdame, por favor… perdí mucha sangre, no puedo mantenerme de pie. —¿Y qué quieres que haga? —respondió Lucián, intentando disimular su deseo con desdén—. Tú eres la enfermera; ayúdate tú misma o espera el regreso de Owen. —Owen… Owen dejó mi canasto de manzanas en la cocina… sólo necesito un poco de jugo de manzana y estaré bien, te lo suplico. Lucián hizo una mueca de disgusto y cerró la ventanilla, pero se dirigió a la cocina a preparar el jugo, debatiéndose entre si dejar pasar la oportunidad o ceder a sus deseos: el deseo de probar ese cuerpo que Owen ya había disfrutado. Cuando tuvo todo listo, se acercó a la habitación y abrió la puerta; Hailey lo esperaba sentada en la cama, y levantó la cabeza para ofrecerle una leve sonrisa. Sin decir nada, Lucián le extendió la copa con jugo y Hailey ...
... bebió torpemente, dejando escurrir líquido por las comisuras de su boca, que se derramaban en su pecho. Lucián miraba con atención, y Hailey exhalo y se limpió la boca antes de devolver la copa de vidrio: —Gracias, muchas gracias. Eres el más considerado de todos aquí. —¿Sólo por esto?... —No… no sólo por esto. —Veo que aún piensas en lo ocurrido esta mañana —dijo Lucián, esbozando una sonrisa pícara—. Pero no puedo volver a morderte si te falta sangre, traviesa. Hailey, satisfecha y parcialmente recuperada por la bebida, se estiró con un jadeo y se dejó caer de espaldas a la cama, con una mano en su abdomen. —Sí… es una lástima… eres mejor que Owen en todo sentido. Lucián, sin poder contenerse más, se inclinó para apoyar sus manos en la cama, a cada lado de Hailey, para verla de frente: —Oh, y eso que no lo has visto todo, pero sé que te encantaría, ¿no es así? Hailey entrecerró los ojos, dejando escapar un leve suspiro, y asintió. Esa era la señal que Lucián necesitaba para abalanzarse sobre ella y empezar a besarla como un animal hambriento. Las manos, grandes y ásperas, exploraban su cuerpo con una urgencia cargada de excitación. La joven sentía la lengua irrumpiendo en su boca de una forma aún más intensa que la de Owen, percibiendo una fuerte y caliente respiración a la vez que Lucián agarraba los tirantes del camisón frágil. Los desgarró de un tirón, y bajó la tela para dejar al descubierto sus pechos. Lucián quedó maravillado. No era la primera vez ...