1. Por venir


    Fecha: 09/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: Berlith, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... de dolor hasta que poco a poco su esfínter empezó a relajarse y dejar ingresar el glande. María quiso defenderse negándoselo, pero la fuerza pudo, sacándole una lagrima a María sin inmutar a su macho. Ella froto su clítoris con fervor mitigando la pena, mientras Mauro vio su glande lento desaparecer dentro del culo de su mujer. Permaneció buen rato quieto hasta domar la entrada de la hembra. Su verga sentía las palpitaciones del culo aprisionándolo, como queriendo ahorcar al intruso sin lograrlo. A María le ardía la cogida hasta que se relajó la intensidad. Después sintió la presión que le impuso su agresor queriendo más ingresar y detenerse en tramos y en tiempo. Ella trato relajarse. Mauro, no fue violento. Se tomó su tiempo sin apuros, esperando con paciencia que agradeció María para si misma. Después regreso su glande como recorriendo lo ya paseado. Unto su punta con más semen derramado y volvió a introducirla hasta donde se quedó repetidas veces. El siguió abarcando más de lo surcado y esperando. Ella movía su culo como podía, sometida con las piernas abiertas y el brazo doblado para atrás. Mauro dio una palmada a sus glúteos esperando su momento para el último tramo. El tiempo paso, y ella sintió lo último de su aprendizaje. Toda la verga estaba dentro. Quedo bien ensartada.
    “No, gracias”, me dije, estoy feliz con mi servicio vaginal. Pero gustos son gustos y el morbo de uno no es la del otro. Aunque la cara de María decía algo diferente. Lo estaba disfrutando todo el ...
    ... largo de esa pinga metiéndose una y otra vez. Ahora María gemía y jadeaba casi como si se lo hicieran por la vagina. Las vergas se sobaban y nosotras, fuimos atrapadas en esa lujuria unilateral. Nos cogieron por el culo, por las piernas o los pelos para atraparnos y saciar su morbo lujurioso machista. Les gritábamos, les pateábamos, pero de todas maneras íbamos a pagar pato. Todo nos parecía concertado, coordinado. Ante los gritos y quejas ¿A quién le íbamos a pedir ayuda? A la Gendarmería, a los mozos de cuadra. ¿A quién?
    No pudimos movernos. Si antes era una casa llena de gemidos y jadeos lujuriosos, ahora era la casita del terror. Así que le suplique que no lo hiciera, pero borracho y lujurioso, no me escucho. Me levanto en una del suelo poniéndome de cuatro sobre el colchón presionando mi espalda hasta besar la cama y mi trasero levantado a su merced. Dio una lamida de salvaje y me violo por atrás. Ya estábamos algunas llorando. Y a falta de lubricante estaban nuestras vaginas rellenas para untar sus puntas. Cada una fue tomada y puesta según el gusto de su macho violador.
    Todas fuimos recordando consejos pasados, chismes o videos sobre el tema. No sé de las otras, pero trate de calmarme y relajar mi ano. La sola idea me fue difícil cuando tienes un cavernícola presionando en tu abertura. Hasta que cedió algo que no le satisfizo, presionando un poco más y mi ano tragar su glande. Ya tenía mi ano ahorcando el cuello de su glande e intente parar su ímpetu poniendo mi mano ...
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