Mi hermana Julia - 6 -
Fecha: 21/03/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... posible para volver a dormirme; así, las horas, hasta que tuviésemos que levantarnos, pasarían más rápidas. Creo que lo conseguí, o eso me pareció cuándo oí golpear la puerta de mi habitación. - ¿Luis? - Mhhhh ¿qué?…. y miré de nuevo el despertador- ¡Luis; son las ocho menos veinte! ¡Joder! no hacía ni diez minutos que mis padres se habrían ido… decididamente no conseguí dormir casi nada, pero Julia parecía que estaba al acecho y no dejó pasar apenas tiempo desde que nuestros padres salieron. ¿Sería eso un buen augurio sexual para el día? Decidí hacerme el dormido. - ¡¡¡Luis!!! Insistió Julia; y además lo hizo dando unos sonoros golpes en la puerta. - ¿Qué?, ¿Queeeé?… ¿Eres tú, Julia? - Claro que soy Julia ¿Quién coño crees que puede ser un lunes a estas horas? ¿Papá Noel? - Pasa. Julia entró en pijama en mi habitación y, decididamente, no me pareció nada atractiva en esta ocasión: llevaba el pelo revuelto y las anchas prendas apenas dejaban adivinar sus pechos. - ¡Vamos, gandul! Sal de la cama y vete a la ducha; ¡tenemos un montón de cosas que hacer! - Mhhhhh… ¿Qué?… pero ¿qué dices?… ¡¡¡si no son ni las ocho aún!!! - ¡Vamos hazme caso… venga! Me desperecé largamente y salté sobre el frío suelo; estábamos en penumbra. Julia salió al pasillo y yo la seguí. - ¿Ya andas de esa guisa? Dijo, riéndose. La miré y vi que señalaba el pico que se marcaba bajo mi pijama. - Tranquila, Julia. Esta vez no es por ti; me pasa cada mañana. - Bueno, bueno… intentaremos solucionar eso luego. ...
... Ahora coge algo de ropa y ve a darte una ducha a ver si te espabilas… yo iré al baño de abajo. Te espero en la cocina preparando el desayuno. No habló más y me dejó allí plantado mientras bajaba las escaleras. ¿Intentaremos solucionar eso luego? ¿Había oído bien? ¿A qué se referiría? Además, al despertarme me dijo: te conviene. Julia me tenía mosqueado. ¿Ir Julia al baño de abajo? Pero si nunca lo usábamos para asearnos. Todo aquello era muy raro; ¿qué estaría tramando mi hermana? En fin; cogí unos calzoncillos, pantalones de deporte, una camiseta y me fui al baño. Después de descargar mi hinchada vejiga, no sin esfuerzo por intentar apuntar bien con aquella empalmada, me pegué una buena ducha y una vez vestido bajé a la cocina. Allí estaba Julia, con el desayuno preparado y una cara de no buenos amigos, precisamente. Desayunamos y luego de recoger la cocina le pregunté a Julia. - ¿Qué tripa se te ha roto? Estás muy cardo. - Luis; tenemos que hablar muy seriamente. - ¿Otra vez con esas, Julia? ¿Otra vez? - Sí, Luis. Otra vez. Vamos al salón. Por lo visto el salón se estaba convirtiendo en una especie de sala de conferencia internacional. Como si fuera la O. N. U. Allí era donde se discutían los acontecimientos de gran importancia. - ¿De qué se trata ahora, Julia? A ver de qué va hoy la charla. - Pues de qué va a ir, Luis. De ti, de mí, de todo lo que está pasando entre nosotros. - Pues tú dirás. Yo creí que el sábado se habían aclarado mucho las cosas. Para bien, precisamente. ...