1. Confesiones de un aficionado


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: GabrielledelD, Fuente: CuentoRelatos

    ... Reme, ese era su nombre, parecía disfrutar solo cuando había un duro castigo previo seguido de un sexo violento y salvaje, todo lo contrario a la lenta observación y degustación exquisita de la sumisión de Teresa o de Stella. Reme era sin duda más masoca que sumisa, por cierto algo bastante común. Ya puesto en mi papel de amo intente educarla para que su entrega fuera total, moldearla a mi gusto como hacía con Teresa... pero ella no era Teresa. Además con Reme no estaban claramente separados el plano sentimental con el de sexo-dominio-sumisión. A mi la situación me sabía a poco, y progresivamente la cosa comenzó a perder fuerza. Ella se dio cuenta de que no funcionábamos, así que decidimos dejarlo amistosamente. Solo duramos 4 meses.
    
    Pasó más de un año en que mi vida sexual se redujo a esporádicos encuentros de una noche. Alguna vez intenté sondear a mi partenaire pero la negativa era lo habitual. Eso me quitaba las ganas de seguir la aventura. Un intento casi fructificó pero finalmente la chica se echó atrás. En esa tesitura estaba cuando en mi vida reapareció Stella. No la había vuelto a ver desde su espantada con la profesora. Un frío día de enero vino a verme a mi lugar de trabajo. Había engordado pero continuaba manteniendo para mí un morboso sex-appeal. La acompañaba una chica alta y espigada, de largos cabellos castaño-rojizos, bastante atractiva... y también bastante tímida. Nos fuimos a comer a la playa.
    
    Bueno, pues empezamos a salir los tres casi todos los ...
    ... fines de semana. Stella era (y sigue siendo) una mujer brillante, muy inteligente, culta y gran conversadora. Su amiga aunque callada era muy agradable de trato y transmitía candor y pureza. Supuse después que era su novia porque compartían un pequeño apartamento. Era una relación de abierta y sana amistad. Íbamos mucho al cine, a cenar, con largas tertulias que se prolongaban hasta el alba, alguna excursión, pero... la cabra acaba tirando al monte. Un viernes encontré a Stella sola en casa. Su amiga había ido a ver a la familia a su pequeño pueblo natal, así que el destino quiso que termináramos en la casa de mi tía. Esa sesión fue espeluznante. Ella y yo sacamos fuera toda nuestra represión de años. Nunca que yo recuerde había sido tan sumisa ni soportado tanto... ni yo tan duro y posesivo. Terminamos agotados. Me contó que la otra vez lo dejó por amor pero que ese amor no llegó a satisfacerla. Intentó liarse de nuevo con Teresa a mis espaldas para tratar de reintegrase como sumisa a mi disciplina, pero esta se negó a hacer de intermediaria. Su orgullo le impidió intentarlo directamente conmigo (eso me dijo pero no lo creo). Al poco tiempo le surgió la oportunidad de irse a Cambridge... y se buscó la vida fuera. Al volver de nuevo a la facultad con un contrato de reincorporación Teresa ya no estaba. Poco después conoció a Jo, su actual chica, intimaron y se fueron a vivir juntas. Supo de mi ruptura con Reme y por fin se decidió a verme de nuevo... y las cosas habían salido ...
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