1. Verónica, una lectora que se convierte en uno de mis relatos - Parte 2


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Gays Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... hecho que mi verga se vuelva a poner erecta y Verónica ha comenzado con sus manos a acariciarla de nuevo. Ella hace plática ahora de tener miedo al sexo anal, pues sabe que es mi próximo paso a seguir. Me hace preguntas que como sé que es un orgasmo anal, o como sabrá ella que es un orgasmo anal. Le digo que al igual que ella, al tener sus primeros orgasmos vaginales, los cuales los sintió diferente al alcanzarlos con solo frotarse el clítoris, que ella descubriría la diferencia si lograba alcanzarlo. Luego ella me pregunta:
    
    —¿Hay algo que deba saber para alcanzarlo? Usted habla en sus relatos que también les da masaje en el clítoris y toca su vulva…¿no será una confusión?
    
    —Realmente es algo confuso, pero todo es mental. – y le explico. Me contaste hace un rato que esta mañana habías tenido un sueño y que tuviste un orgasmo. Incluso que habías divisado tus pantis y estas estaban súper mojadas ¿Verdad?
    
    —Si.
    
    —Bueno…¿recuerdas haber tenido tu almohada entre tus piernas?
    
    —No.
    
    —¿Te das cuenta? No necesitas tener contacto físico para alcanzar un orgasmo. Lo más probable tenías esa ansiedad de venir aquí y descubrir lo que pasaría. Por lo que has leído de mí en mis cortas historietas, has imaginado paso a paso lo que yo haría contigo y yo sin ni siquiera poner un dedo en tu cuerpo, tu mente ha formulado una serie de eventos que sin contacto físico te han llevado a un orgasmo. Ahora puedes ver que tu mente es sorprendente, así que el sexo anal es igual que todo ...
    ... lo demás. ¡Que duele! Eso todo el mundo lo sabe… pero no es cuestión del dolor, es cuestión que nuestro cerebro puede asociar el dolor y lo fusiona con el placer.
    
    —¡Usted parece un sexólogo!
    
    —No… mis respetos para todos los profesionales del tema, pero son cuestiones básicas que todos podemos aprender. Mira, te voy dar un ejemplo simple: ¿Haz probado alguna vez como sabe la cerveza?
    
    —Si.
    
    —¿Te gusta?
    
    —No. Es muy amarga.
    
    —Mas sin embargo son millones en el mundo los que asocian ese sabor amargo con el placer. En otras palabras, no es que nos volvamos masoquistas pero asociamos el dolor o lo desagradable con el placer sexual.
    
    —Sabe, por eso me gusta usted. Sabe cómo hablar y explicar las cosas.
    
    —¿Pensé que te gustaba por mi físico?
    
    —También… me gustan sus piernas, su trasero, su pecho, su verga, en fin me gusta todo, pero su personalidad es algo que me atrae mucho.
    
    Con aquella plática la he vuelto a tomar en mis brazos y la llevo de nuevo a la cama. Es hora de desvirgarle ese precioso culo a esta muñequita y mi verga ya está con ansias de penetrarle. Verónica se había puesto su bikini negro después de la ducha, pero no me recordaba pues también se lo cubría mi camisa deportiva que ella se había apropiado. Como siempre, ella comenzó con los besos y es que realmente me gustaba como besaba, pues honestamente desde mis años mozos, no recuerdo haber besado así. Los besos le excitaban tanto que cuando toque su panochita por sobre la tela de su reducido ...
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