1. LO PRIMERO QUE SE VE


    Fecha: 17/11/2025, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... pegajoso fluido de dulce y agrio sabor. ¡La exquisitez, sobre todo para mí, que me gusta la comida agridulce!
    Ella apretaba mi cabeza contra su ingle y gemía intermitentemente, en la medida que se estremecía. 
    Cuando levanté sus piernas descubrí el maravilloso asterisco de su culo: tentadoramente dilatado… ¡sin duda muy recientemente usado! Me bajé los pantalones y sin demoras ni dudas, luego de pasarle la lengua y ensalivar el hoyito, se la enterré de una con absoluta facilidad. ¡Qué hermoso es cuando la hembra disfruta de antecedentes!
    -¡Dios! ¡Diosito! ¡Ay! ¡Qué ricooo! ¡Si, si, si! Daleee! ¡Siiiii! ¡Hasta el fondo! – Amalia deliraba de felicidad. - ¡Si…! ¡Ingenierooooo! ¡Nunca me imaginé que sería tan rico con usted!
    -¡Te tenía unas ganas! ¡Desde que te vi te la quería meter! – La impulsaba en nuestra mutua calentura. - ¡Tus tetas y tu culo me alentaron!
    -¡Ay ingeniero! ¡Yo también tenía muchas ganas de tenerlo dentro, ¡jajaja! ¡Le notaba el bulto en el pantalón! ¡Sabía que sería muy rico! ¡Su esposa siempre está contenta!
    -¡Tesorito! ¡Me alegro mucho que te guste! – Levanté sus piernas sobre mis hombros, quedando hermosamente expuestos concha y culo… ¡ambas maravillas!
    Mujer “modernoza”. Se había depilado con “arte e intención”: sobre el monte de venus quedaba un pequeño corazoncito perfectamente recortado. 
    Apenas llegado al décimo bombeo, Amalia se estremeció y bañó mi pija con sus fluidos, y yo descargué lo acumulado en los huevos durante el tiempo de ...
    ... calentura que sus tetas y su culo me habían provocado. 
    Su pantalón lo tenía en los tobillos. No le había dado tiempo para más. Ella recogió las piernas separando las rodillas, dado que los pies los tenía amarrados por el pantalón, una apretada y elástica lycra.  
    -¡Ingeniero! ¡Me ha llenado! ¡Puedo quedar embarazadaaaa!
    -¡No te preocupés! ¡Tengo la píldora! – Yo me conozco…: siempre llevo encima la píldora “del día después”, pues no suelo cubrir la pija con “vestimenta” de ningún tipo…
    La desensarté y me erguí. Mi pantalón estaba en mis tobillos. Moví piernas y pies para desembarazarme de ellos. La bajé del escritorio y, mientras chorreaba el semen por sus muslos, Amalia se arrodilló y, apretándomela sin la menor delicadeza, se la metió en la boca… ¡Qué maravilla! ¡Una mamada mil por mil, súper!
    -¡Mamita! ¡Me viene! – No en balde, yo apenas tenía 26 años… ¡Podía reiterar pronto nuevas acabadas! ¡Mis huevos siempre estaban presto! 
    -¡Uuuummm! – No dijo otra cosa y me apretó desde mis glúteos. 
    Tres o cuatro sacudidas llenaron su garganta. 
    -¡Aaaagggg! – Tragó entre tos y arcadas… ¡Ningún desperdicio!  
    Terminó de sacarme los pantalones y me apoyé de culo en el borde del escritorio. Siguió chupando fervorosamente. Mientras mamaba, yo sobaba diligentemente sus tetasas.
    -¡Que rica pija que tenés! ¡Es sabrosa y aromática! – Amalia, de cuclillas, está encantada.
    La hice cambiar de lugar para retribuir tanta generosidad. Nuevamente la acosté sobre la mesa, por lo cual no me ...