LO PRIMERO QUE SE VE - Relatos Eróticos

LO PRIMERO QUE SE VE

... tengo que acuclillar y es más cómodo. Me incliné sobre ella y metí mi cabeza entre sus piernas, chupando y lamiendo. Las recogió, alzándolas contra las tetas.
Le meto los dedos, amaso las tetas, dos dedos van al culo. A todo dice que si, gimiendo de placer. La mesa es la altura ideal. Al recoger las piernas sobre las tetas, me deja el culo perfectamente expuesto. El ¡chaf! ¡chaf! de la concha, se convierte en ¡plof! ¡plof! del culo. Nunca entendí a los que quieren mujer en exclusividad. Es muchísimo más placentero cuando concha y culo – sobretodo culo -, están suficientemente entrenados… Amalia, por suerte, es dispensadora de mucho placer…, supongo que a muchos más que su marido.
Así estuvimos bombeando en ambos orificios como 20 minutos. Ella tuvo un par de dinámicos orgasmos…, moviéndose y sacudiéndose hacia todos los puntos cardinales… ¡y yo haciendo esfuerzos y apretándome la pija para retener una exigua acabada…!
Los gemidos, suspiros y grititos de Amalia son encantadores y excitantes. 
Por suerte logré acostarme sobre la mesa. Amalia se acomoda para cabalgar. ¡La gloria de sentir la pija dentro, hasta los huevos!
-¡Ay papito! ¡Qué rico te siento! – Le “sostengo” las tetas. Las sacudidas me impresionan… ¡parece que se les van a caer! ¡Dios! ¡Qué tetasas maravillosas! 
Las tomo con ambas manos y coloco sus ...

... pezones en mi boca…, una y otra…, sin dejar de cabalgar… Eso lo puede hacer gracias a sus tremendas tetas.; más pequeñas sería imposible…
-¡Dios! ¡Nunca imaginé que podría ser tan rico hacerlo con vos! – La hembra está absolutamente exaltada. Cabalga desesperada. La tomo de la cintura para controlarla. Tengo miedo que se me salga y me la quiebre. – ¡Sentir como entra y sale tu pija es único! ¡Por favor! ¡Soltame la cintura y agarrame las tetas! ¡Me duelen tantos saltos!
-¡Amorcito! ¿Querés acostarte? – Pretendo ser gentil.
-¡No, no! ¡Así me gusta mucho! ¡Te siento entrar y salir muy lindo! ¡Tu pija es maravillosa!
¡Es el momento apropiado!
-¡Pronto voy a acabar! ¿Querés así o lo preferís de otra manera?
-¡No, no! ¡En la concha no! ¡Puedo quedar embarazada!
-¿La querés en la boquita, mi amor? – Soy lo más dulce posible…
-¡Si, si! ¡Lo prefiero! - Ella lo decidió…, tal como yo quería.
La volteé y me acuclillé sobre sus tetas. La pija apunta decididamente hacia sus labios.
No hubo mayor indicación. Tomó sus tetasas para una soberbia cubana. ¡Cada vez que el glande llegaba cerca de su boca, Amalia sacaba la lengua para acariciar.
-Abrí la boquita, tesoro. Sacá la lengüita! ¡YAAAA! – Y descargué cinco o seis chorros de semen. 
-¡Uuuummmm! – Amalia no dijo otra cosa. Tragó todo…
Nos tiramos agotados sobre la cama.