¿SERÁ POSIBLE? - Relatos Eróticos

¿SERÁ POSIBLE?

... te gustaría?
-¡Ay Dani, las cosas que decía…
-¿Qué? ¿No te gustaría? ¡Bien que te gusta espiar cuando estamos en la cama cogiendo!
-¡Uy dio! ¿Me viste?
-Por supuesto, soy yo quien está mirando hacia la puerta. Tu mamá está de espaldas arriba mío, o sobre la cama boca abajo, o a lo perrita…, nunca hacia la puerta…
-¡Ay Dani! ¡Perdoname! 
-No es ningún problema mi amor… ¿Te gusta como lo hacemos con mamita?
-¡Si! ¡Mucho! ¡Ella está siempre muy contenta! Y te pide más y más…, sin parar… ¡Jajaja!
-Es que ustedes, las mujeres, tienen mucho más aguante… ¡No se cansan nunca!
-¡Ay Dani! ¡Qué lindo sería que te cansaras conmigo!
-Si mi amor, por supuesto…, pero en casa no puedo…, y a un hotel no podemos ir… porque sos menor…
-¡Me hacés pasar por tu hija! ¿A quién le va a importar?
-Es que…, a veces hay personas jodidas que si le importa… Paciencia, ya veremos…

Así fue que me pasé una semana recorriendo alojamientos para ubicar alguno que me permitiera entrar con la nena, aunque sea con unos mangos más al conserje…, y al fin se dio. Uno de bastante buen nivel, con jacuzzi en muy buen estado, una inmensa cama y un sillón tántrico. No lo dudé e hice la reserva.
Cuando ingresamos a la habitación, directamente desde el estacionamiento, por supuesto, la nena literalmente se cayó de culo: ¡tuvo que sentarse en el borde de la cama!
-¡Dios! ¡Nunca imaginé una habitación así! – Más asombrada que eufórica.
-¡Toda para que la disfrutemos nosotros, mi amor…! 
-¡Ay papito! ¡Las ...

... cosas qué hacés!
-¡Todo por vos! ¡No hay nada de vos, de tu cuerpo, tu belleza, tu culito, tu conchita, tus tetitas, tu simparía, tu sexualidad…, que no se merezca lo mejor!
-Y… y… ¿estaremos mucho aquí?
-¡Hasta que vos lo quieras! Pido el Kama Sutra y probamos todas las posturas…
-¡Jajaja! ¡Pueden ser como 200!
-¡Si! ¡Hay mucho camelo! Muchas son inventadas en el último siglo.
-¡Hay gente muy imaginativa! ¡Jajaja!
 
En el escaso tiempo que estábamos cogiendo – hace menos de media hora -, habíamos aprendido a complacernos a total voluntad. Mientras ella saltaba sobre mi pelvis, yo la sostenía de los glúteos, a fin que no se le fuera la mano y pudiera lastimarla con mi penetración. Ella se sostenía de mi cuello, tal como lo dije, y refregaba sus pezoncitos contra mi pecho, mientras yo besaba sus orejitas, su cuello, sus labios… ¡todo su rostro! ¡Tan hermosa y erótica! Es una nena, pero su mirada y sonrisa son tan lujuriosas… ¡qué es imposible permanecer inmune!
Parece que Tamara no tuviera orgasmos diferenciados. Está estremeciéndose continuamente y largando fluidos. Al principio me decía que le daba vergüenza pues le parecía que se orinaba, hasta que la convencí que esos juguitos eran largados por su conchita, por el placer que le daba tener mi pija dentro. Le brindé una práctica explicación: la chupé bien en un momento de flujos y fluidos, y luego se los hice probar desde mi boca. ¡Se convenció! ¡Tal cual! ¡Así se lo expliqué! ¡Y le encantó! 
-¡Me gusta tanto que me ...