Tres amigas 3
Fecha: 23/03/2019,
Categorías:
Jóvenes
Autor: quind, Fuente: RelatosEróticos
Estuvimos el resto de la semana repitiendo nuestros encuentros en el refugio. Martita y Jorge nos enseñaron un montón de nuevos juegos. A mí me desvirgaron también el culito, al principio me dolió, pero luego le fui cogiendo el gusto y ahora me encanta. En cambio mi hermana seguía siendo virgen del chochito ya que en cada intento a Jorge le fue imposible metérsela por los dolores. Pero su culito se convirtió en su centro del placer. Le encantaba que Jorge se la metiese por detrás e incluso ella misma se metía todo lo que era alargado y duro, llegando incluso a llevar metido, por casa o cuando íbamos de compra, un pequeño vibrador que le había regalado Martita.
También Jorge nos enseñó a chuparla profundamente, hasta las pelotas, sin ahogarnos mientras nos tragábamos todo el miembro. Y Martita a darnos placer entre mujeres, que tocar y donde chupar, aparte de otros divertidos juegos con unos consoladores que tenia.
Pero a finales de esa semana Jorge tuvo que irse a la ciudad para preparar los exámenes de septiembre y nos quedamos las tres sin nuestro hombre.
Seguíamos jugando entre nosotras con nuestros dedos, labios, lenguas y la ayuda de los consoladores que tenía Martita, pero echábamos de menos una buena polla caliente y jugosa.
Tuvimos la idea de hacerlo con algún chico del pueblo, pero la descartamos por lo brutos que eran y que seguramente que se acabaría enterando todo el pueblo de lo que hacíamos y lo guarras que éramos.
Martita vino a buscarnos, como ...
... todos los días, pero en vez de ir a nuestro refugio nos llevó a su casa, ya que sus abuelos se habían ido fuera y no volverían hasta la noche.
Vivía en un caserón antiguo no muy lejos de nuestra casa. La casa era muy grande, tenía mucho terreno agrícola, un montón de ovejas y un par de caballos.
Fuimos directas a la salita de estar. Era amplia, bien iluminada, con chimenea, la tele y dos grandes sofás.
Nos desnudamos sin prisa mientras nos acariciábamos y besábamos entre las tres. Al poco Martita salió de la estancia dejándonos a mi hermana y a mí haciendo un sesenta y nueve muy gustoso. Mientras mi hermana me lamía el bollito con su suave y ya experta lengua, Martita regresó con unos discos de dvd en la mano.
- Traigo unas pelis guarras que mi hermano se dejo aquí. Podemos verlas y buscar ideas para divertirnos más.
- ¡Sí! -Exclamó Silvia-. ¡Nunca he visto ninguna!
Martita puso una de las pelis y nos sentamos las tres bien juntitas en el sofá. La peli estuvo divertida, mientras la veíamos nos tocábamos y penetrábamos nuestros chochitos, nos frotábamos y lamíamos los pezones y Silvia se metía un consolador de tamaño considerable por su ya no tan estrecho culito.
Cuando terminó la película habíamos tenido un par de orgasmos cada una, pero queríamos más. Martita cambió de dvd y empezamos de nuevo a tocarnos. Pero esta peli no era como la otra. Al principio nos quedamos algo sorprendidas por lo que veíamos y pensé que Jorge era un guarro por tener eso, pero ...