1. Tres amigas 3


    Fecha: 23/03/2019, Categorías: Jóvenes Autor: quind, Fuente: RelatosEróticos

    ... pasar las manos por la capucha del pene. Yo estaba embobada mirando lo que hacían y pero sin mucho interés en participar.
    
    El caballo tardó más de diez minutos en excitarse, pero cuando lo hizo no sabíamos como seguir. Ante nosotras teníamos una polla de casi un metro y como un brazo de ancho. Estaba claro que ese miembro no cabría en nuestros bollitos y mucho menos en nuestros culitos, por lo que solo nos quedaba divertirnos entre nosotras e intentar hacer correrse al caballo con nuestras manos y lenguas.
    
    El caballo se mostraba tranquilo, auque rebufaba de vez en cuando, mientras Martita y Silvia le frotaban y lamían la enorme polla. Yo me situé estirada en la paja y lamía el chochito chorreante de Martita que se sentó en mi cara y frotaba con los dedos el bollito y sobre todo el suave ano de mi hermana.
    
    Estuvimos un tiempo en esta postura, yo les lamía y frotaba los chochitos y culitos y ellas lamían y masturbaban el pene del caballo. Se pasaban el enorme pollón del animal por las caras y lo lamían en toda su longitud. Silvia se metía la punta en la boca que se le llenaba de líquido seminal y lo escupía sobre su pecho para seguidamente restregar el pollón por sus endurecidos pezones. Martita no se quedaba atrás y lo pajeaba rítmicamente mientras le pasaba la lengua y los labios por toda su extensión, se metía la punta en la boca y tragaba con avidez el ...
    ... liquidillo que no dejaba de manar.
    
    - Te toca lamerla un ratito. -Me dijo Silvia con la cara y pecho empapados-. Esta rica y muy calentita.
    
    Sin muchas ganas agarre el enorme pollón y empecé a lamerle la punta. Tenía un olor y sabor algo fuertes, pero no era desagradable y acabé por lamerla y frotarla como hacían Martita y Silvia.
    
    Mientras lamíamos y nos restregábamos por todo el cuerpo, las tres arrodilladas alrededor del enorme miembro del animal, se corrió. Una cantidad inimaginable de caliente y espeso semen empezó a manar del pollón dejándonos nuestros pequeños cuerpos totalmente cubiertos de esperma.
    
    Nos restregamos las tres totalmente excitadas. Nos lamíamos la una a la otra intentándonos limpiar, pero no era posible ya que había demasiado esperma, así que nos masturbamos mutuamente mientras nos besábamos y saboreábamos la rica lechita con la que nos había regado el semental.
    
    Después de tener unos cuantos orgasmos, masturbándonos y restregándonos la espesa leche, decidimos que ya había bastante por ese día, así que recogimos todo lo mejor que pudimos, nos despedimos con caricias y besos del hermoso caballo y nos hicimos una relajante y necesaria ducha.
    
    Aquella noche terminamos las tres agotadas, satisfechas y muy felices dormidas juntas y abrazadas. Al fin y al cabo, habíamos tenido un buen, pero no suficiente, sustituto de nuestro querido Jorge. 
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