Don Pancho el conserje se cogió a mi hija (continuación) - Relatos Eróticos

Don Pancho el conserje se cogió a mi hija (continuación)

... poco asustada y dije -Nooooo don Pancho, baje esa cosa, soy yo Naomi-
Don Pancho se detuvo al verme y me escaneo con la mirada, creo que mi atuendo consiguió lo que quería y su mirada pasó del enfado al deseo.
-Conque fuiste tú nalgoncita, y mira nada más cómo vienes vestida, viniste por tu ración de verga a pesar de lo rejega que andabas. Te ves deliciosa mamacita- 
-Ay don Pancho pues para qué negarlo, me la pasé muy rico con usted y quiero ser suya una vez más. Pero no crea que será muy seguido eh, no quiero ser desleal con mi marido, él no se lo merece y…-

-Déjate de cursilerías mujer, tu quieres gozar una buena verga y yo quiero un culito estrecho de casada, ambos queremos coger y nada más, nada de amor y esas chingaderas-

-Por mí perfecto.-

-Entonces ¿por qué me interrumpiste con Fabi eh?, no será que te pusiste celosa y no pudiste volver después cuando ya hubiéramos terminado. De una vez te digo que nunca he sido hombre de una sola mujer y si quieres que te siga atendiendo debes saber que también atiendo a otras-

-Ay no don Pancho, que cosas dice, fue un accidente y nada más, como puede creer que…-

-Shhh, Shhh. Me la estuvo mamando un buen rato y cuando ya íbamos a pasar a la acción lo echaste a perder. Tengo que castigarte y voy a compensar contigo lo que no hice con ella, y para que nadie nos interrumpa vamos a coger en tu casa. ¿Me oyes?-

Diciendo eso se acercó imponente hacia mí, y me espanté un poco. -Perdón don Pancho, no fue mi intención. ...

... Cálmese, mi marido nunca me levantó la mano y no voy a permitir que…-

Fui interrumpida por los labios de don Pancho que se entrelazaron con los míos, a la vez que sus robustos brazos me sujetaban de la cintura atrayéndome a él. Ese gesto dominante sin ser abusivo me excitó sobremanera, y no dudé en corresponderle los besos y permitir que su lengua se engarzara con la mía.

Poco a poco don Pancho metió las manos bajo mi falda para magrearme las nalgas y que sus dedos explotarán la raja de mi trasero. Era obvio que mis pompis le encantaban y sabía acariciarme muy bien Para devolverle el favor le bajé un poco el short desamarrado aún húmedo por saliva de Fabiana y líquido preseminal, liberé su vergota y lo masturbé sintiendo como se endurecía y crecía en mi mano.

Nuestros besos cada vez eran más apasionados y ruidosos, y sin notarlo ya tenía la falda hasta los tacones y las bragas a media nalga. Don Pancho desplazó sus besos a mi cuello y orejas, a la vez que me bajaba las bragas, quedando mis partes pudendas a su entera disposición.

-Nada de preámbulos mamacita, como me interrumpiste necesito sentir tu panocha ya, espero que no se te haya cerrado otra vez por estos días sin sexo jaja, si no tu tranquila que ahorita te la vuelvo a abrir-

Sus besos y caricias me dejaron bien arrecha, así que no dudé en alzar las piernas para que mi falda y bragas cayeran al suelo. -Hágame sentir mujer otra vez don Pancho-

El sonrió y me dirigió a una mesita de cristal donde tenía ...