1. El Cazador - Parte 4


    Fecha: 25/03/2019, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    Parte 4 – Old Spice A pesar de que mis parpados seguían cerrados, podía ver luz iluminando mis ojos. Al principio mi cuerpo no quiso responderme, por más que le ordené que abriera los ojos no me hizo caso por un largo segundo… Cuando por fin lo hizo, pude ver luz por todas partes. Tuve que parpadear muchas veces hasta que mis ojos se acostumbraron a tal intensidad. Mi cabeza me dolía, pero mi cuerpo parecía estar más fuerte que antes… Luego de dar una rápida mirada a todo el lugar, me di cuenta de algo importante… ¡No tenía idea de donde me encontraba! No reconocía aquella habitación, ni aquella cama donde me encontraba echado. Mi primer instinto fue revisar si seguía vestido y por suerte si lo estaba, lo que quería decir que nada había pasado, o al menos eso quería creer. Mi segunda reacción fue buscar mi celular y ver la hora. De pronto una de las puertas de la habitación se abrió y un hombre apareció, con el torso desnudo y una toalla amarrada a la cintura. Su piel era trigueña, su pecho lampiño y algo formado. No tenía músculos pero su piel se veía firme y tersa, incluso la pequeña barriga que le salía se veía firme… No pude ver claramente su rostro ya que se dio vuelta para dirigirse hacia el espejo que tenía sobre la cómoda. Lo único que pude observar bien fue su cuerpo y las nalgas duras y formadas que se encontraban escondidas detrás de aquella toalla. ―Pensé que no despertarías ―dijo de pronto, al darse cuenta que lo miraba. ―¿Quién eres tú? ¿Dónde estoy? ―pregunté ...
    ... de inmediato, casi por instinto. ―Te encontré tirado en el pasadizo de mi edificio, y como vi que no reaccionabas te traje a mi departamento ―explicó, acercándose hacia la cama donde me encontraba, con una sonrisa amistosa en su rostro. Dos cosas saltaron a la vista cuando se acercó. La primera fue su rostro, ya había visto antes a aquel hombre en algún lugar, pero no podía recordarlo claramente, y la segunda fue el enorme bulto que se formaba en su entrepierna y que la pequeña toalla estaba sufriendo por esconder. ―Ya te he visto antes, ¿verdad? ―pregunté y de pronto llegó hasta mí ese intenso aroma a old spice y de inmediato pude recordar de donde lo conocía. ―Sí, nos topamos en la universidad ayer, literalmente ―dijo y su rostro se iluminó con su sonrisa. Era algo extraña la actitud de aquel sujeto. Su rostro tranquilo y su sonrisa amistosa me hacían sentir extraño, como si tuviera un mal presentimiento de algún tipo… Tal vez era sólo mi imaginación, por la situación en la que me encontraba, tal vez era sólo miedo, o tal vez era porque no estaba acostumbrado a tratar con gente mayor que yo, ni siquiera con mi padre me llevaba bien. ―Sí, es verdad ―contesté, aun mirándolo sospechosamente. ―Me llamo Armando ―dijo y me extendió su mano, amigablemente. Entonces mi mente empezó a debatir entre si dar mi nombre verdadero o mi nombre de batalla… pero luego me di cuenta de que no había nada sexual ni gay en aquel encuentro, a pesar de que me encontraba en su cama y él se encontraba ...
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