1. El Cazador - Parte 4


    Fecha: 25/03/2019, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... reacción. Luego tomé tanto mi pantalón con mi bóxer y tiré de ellos hasta bajarlos completamente, dejándolos sobre mis tobillos. Mi pene ya se encontraba erecto, así que apenas lo liberé se alzó como un mástil, con la cabeza brillante, mirando al cielo. ―La tienes de buen tamaño ―dijo, sin dejar de mirarla ―. Con razón me dolió. Ambos sonreímos nerviosos. ―Tócala, con confianza ―le dije, tratando de contener la excitación. ―Está bien ―dijo y se acercó lentamente, con las manos extendidas para agarrarla. Con timidez posó sus manos suavemente sobre mi pene, tomando con su mano derecha la base y mis testículos, y con la izquierda la cabecita. Luego empezó a bajar y subir, abrazándolo con ambas manos, de forma suave y hasta cariñosa. ―Está hirviendo ―dijo y me miró, sonrojado―. Es la primera vez que toco un pene que no es el mío… se siente… cálido. Entonces, sin decir nada, me dio una última mirada y luego se arrodilló frente a mi pene y lo quedó observando. Con sus dedos empezó a acariciar la cabecita, a jugar con los líquidos que empezaban a salir de ella. Sus ojos no dejaban de mirar mi pene, parecía hipnotizado, ido, lo cual aumentaba mi excitación. ―Tomate tu tiempo ―le dije―, cuando estés listo. Mati me observó con una sonrisa y luego volvió su mirada a mi miembro. ―Es grande… no puedo creer que me haya entrado todo eso ―suspiró y luego empezó a acercarse más y más, aspirando el aroma de mi pene y luego sonriendo. Entonces los centímetros que habían entre sus labios y me ...
    ... pene desaparecieron en un segundo y pude sentir la calidez de sus labios envolviendo mi glande, lo cual me provocó un espasmo de placer que sacudió mi cuerpo. Sentir sus labios sobre mi pene, su lengua jugar con mi glande y ver su rostro ahí abajo, sus ojos cerrados, su expresión de placer, todo aquello me encendía mucho. Era increíble como habíamos pasado de ser amigos heterosexuales, a ser amigos con derecho. Nunca imagine tener a Mati de rodillas, comiéndose mi pene. Poco a poco, mi amigo empezó a agarrar más confianza y meter más y más mi pene en su boca. Su lengua se movía cada vez más, jugando con mi pene, acariciándolo y meneándose contra él. Para ser su primera vez, tenía bastante claro el concepto de una buena mamada. Entonces Mati se sacó completamente mi pene de su boca y se inclinó un poco más, bajando por mi tronco hasta mis bolas, empezando a lamerlas y morderlas suavemente, como todo un experto. ―Parece que sabes lo que haces ―le dije, sonriendo. ―He visto mucho porno ―contestó, sacándose mis bolas de su boca por un segundo―, además sólo hago lo que me gustaría que me hagan. Luego de decir eso, volvió a mis testículos, enterrando su nariz entre ellos, aspirando su aroma, sintiendo su textura con la punta de su lengua. Realmente disfrutaba todo aquello, no podía negarlo. Entonces Mati me tomó de la cintura y me hizo echarme sobre mi cama, y luego él se puso de rodillas sobre mí, como en posición de perrito, y continuó chupándomela. La posición era perfecta, ya que ...
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