-
La maravillosa experiencia con mi hijo
Fecha: 28/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Libra, Fuente: CuentoRelatos
... adecuado y me la introdujo totalmente. No es que la tuviese muy larga, ya digo que se la había visto muchas veces, pero sí que la aprecié en aquel momento bastante gorda y sobre todo tremendamente dura. Así que lo sentía taladrarme dándome unas embestidas tan enormes que temía por la estabilidad de la cama. Yo cerré los ojos para sentirlo mejor dentro de mí porque me estaba llevando al séptimo cielo su ímpetu y la dureza de lo que tenía dentro. Pero ante tanta acometida y su exceso de pasión por meterla cada vez más rápido y más adentro, no tardó en quedarse un momento quieto, cuando de repente empecé a sentir dentro de mi un chorro caliente que me golpeaba y que no parecía acabar. No me preocupó porque no tenía problemas de embarazo, por eso lo dejé que se relajara sobre mí con su miembro dentro de mi cuerpo al que yo apretaba con mucho cariño, y aunque ya sabía la respuesta, por romper el silencio, le dije: –¿Ha sido la primera vez verdad? –¿Crees que no te lo habría contado, si hubiese tenido una experiencia como esta? –Lo que ocurre es que aparte de lo maravillosa que ha sido, me ha parecido muy corta –continuó en tono apenado. –Es que lo has tomado con tanto furor, que así es imposible resistir –le contesté –¿Entonces podré tener otra nueva oportunidad? –preguntó un poco indeciso. – Por supuesto me tendrás cada vez que tú quieras –le dije, sin pensar, pues si ya lo habíamos hecho una vez, ¿qué importan unas cuantas más? Además ...
... egoístamente a mi me había venido de maravilla, hacía años que no tenía relaciones sexuales, pues tras mi separación sólo lo había hecho un par de veces y no me había agradado, por eso no quise repetirlo. Pero ahora había sido distinto. El morbo de tener encima a mi hijo y verlo satisfacer sus impulsos de esa manera, el hecho de poseer aquel cuerpo tan joven para mi edad, despertaron mis instintos y me hicieron gozar como no lo había hecho antes, por eso yo también estaba decidida a probarlo otra vez. –Debes hacerlo con más calma para que a la vez que tú lo sientes, hagas sentirlo también a la pareja, verás cómo te gusta –continué en tono de profesora particular. Ahora que había probado ese manjar no quería desaprovecharlo, así que fui yo ahora la que lo deposité en la cama y terminé de desnudarme, pues estaba aún con la parte de arriba del pijama y quería que viera mi cuerpo sin ropas como yo lo veía a él. Tengo que decir aunque sea un poco presuntuosa, que no me conservaba mal por entonces, ni incluso ahora cuando escribo esto, siete años después. Siempre me ha gustado hacer un poco de footing y practicar tenis, cosas que hacíamos frecuentemente los dos juntos. Así que tenía un cuerpo bastante aceptable. Como iba diciendo, tras quitarme la parte superior del pijama me puse sentada sobre él totalmente desnuda y le pregunté insinuante: –¿Te parezco bonita? recuerda que tengo treinta y ocho años. –¿Bonita? –Me dijo– ¡Estás estupenda! ¡Buenísima! –como dirían mis ...