1. El semental de confianza


    Fecha: 28/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... preguntó.
    
    En silencio, Ramón contempló como se retiraba desnuda a su recámara, moviendo sus nalgas provocativamente.
    
    Se detuvo y volteó de nuevo hacia él y le dijo: “yo te voy a coger hasta que te desmayes”.
    
    Faltaba poco para las 9 de la mañana, y Ramón ya le había dado a su hermosa amante dos dosis de su semen.
    
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    Ana tenía una agenda social algo ocupada aquella mañana. Salió de la casa con vestimenta formal de una discreta elegancia, sin ser provocativa, dejando tras de sí un agradable aroma de algún carísimo perfume.
    
    Ante todo, era una dama muy apreciada en la sociedad local. Aparecía con regular frecuencia en las páginas sociales y eventos de beneficencia. Tanto la familia de sus padres como la de su esposo eran personas de gran arraigo y con dinero. Por el estado de construcción de su casa, no ofrecía los acostumbrados eventos que tanto disfrutaba.
    
    Al pasar junto a él, le dio un suave beso en la mejilla. “¡No me toques!”, le ordenó, cuando Ramón llevaba sus sucias manos a sus nalgas.
    
    “¡Mírala…! ¡que linda mi putita!”, dijo él.
    
    No habían pasado 24 horas desde que tuvieron su primer encuentro, cuando Ramón hizo su primera insinuación de dominancia sobre ella. Ana pasó por alto el comentario excusando su falta de educación.
    
    “¡Enséñame tus nalgas!”, pidió el albañil.
    
    Ana, complaciente, alzó su falda amarilla, bajó su semi-transparente y breve calzón, le movió sus hermosas y blancas nalgas y se despidió de ...
    ... él.
    
    Ramón le advirtió: “Ten cuidado de no abrirte mucho. ¡Se te ve bien clara la raya de tu panochita!”.
    
    Hacía algo de viento. Había amenaza de lluvia. Ramón observaba a Ana mientras encendía su auto.
    
    “Bella, bellísima”, murmuró. “Ni en mis sueños más guajiros hubiera tenido ese culito”, volvió a decir para sí mismo, mientras continuaba su trabajo. Sin las interrupciones amorosas de Ana, pensaba lograr un buen avance.
    
    Después de casi una hora, Ramón se dirigió a la recamara principal. Notó que ella había dejado la cama hecha y todo en perfecto orden. Se dirigió al canasto de la ropa sucia, sacó los tres calzones que encontró y empezó a disfrutar su olor, aspirando fuerte y comparando la apenas perceptible esencia femenina de Ana, pero ahora, ya no tendría que masturbarse con ellos aino solo aguardar.
    
    Ana departía alegremente con sus amigas quienes le decían que se veía preciosa y con una expresión de felicidad pocas veces reflejada en su rostro. Hablaron sobre próximos embarazos y cosas de mujeres, bromearon, contaron chistes subidos de todo.
    
    Una de sus amigas resaltó la tersura de su cutis. Ana se sonrojó un poco, pero con chispa contestó: “es que estoy usando una crema nueva a base de semen “, dijo, mientras sus amigas soltaron sonoras carcajadas, “¡semen de no sé qué animal exótico, malpensadas!, ¡dice en la etiqueta!”.
    
    Siguieron riéndose, mientras ella pensaba, “semen de un semental que tengo en casa… si supieran los niveles de proteína que traigo…. me muero ...
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