Atrapada en el engaño
Fecha: 07/04/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Armonic, Fuente: CuentoRelatos
... mis pezones se pusieron duros con el contacto y el frío, me agarró una de las piernas para que la pusiera sobre la mesa. Creo que este joven pasaba demasiado tiempo viendo porno en su ordenador. En esta postura no podía ver más allá de unos papeles amontonados, noté sus manos agarrándome las nalgas, haciendo más fácil el acceso a mi entrepierna; al instante sentí su lengua sobre mis labios vaginales con movimientos rápidos de arriba a abajo. Estaba un poco verde, pero no estaba dispuesta a despreciar sus lamidas, seguramente con el tiempo lo convertiría en el mejor come coños, pero esa ocasión me conformaba con ese placer.
Cuando se cansó de usar su lengua se levantó, sin dejarme bajar la pierna. Su glande se posó sobre mi vagina, me sentía como una yegua dispuesta a dejarse cabalgar por su potro, lo estaba deseando de tal manera que el corazón se me aceleraba al pensarlo, pero no se movió. Algo iba mal, no sabía porqué no se movía, me giré para verlo, me miraba fijamente a la cara, apenas llevaban nuestros ojos un par de segundos conectados cuando sentí su carne penetrándome; cerré los ojos y abrí la boca dejando escapar un gemido mientras me abría la vagina, fue la señal que dio paso a los movimientos de su pelvis. Comprendí que lo único que había querido hacer es verme la cara al penetrarme, no dejaba de ser un niño que se vanagloriaba de follarse a una mujer madura y quería ver todos los detalles.
De vez en cuando me daba un cachete en el culo, como si ambos ...
... estuviéramos grabando una película porno. No me preocupaban las fantasía de Fernando, solo quería sentir el placer una y otra vez. Se afanaba por meterla hasta el fondo, por hacerme gemir y los estaba logrando. Perdí la noción del tiempo, pero quería perderme en ella.
Se detuvo, mi mente imagino cual sería la siguiente postura, aunque más bien quiso cambiar de agujero. Me negué, no era de esas mujeres que practicaran sexo anal y no tenía intención de hacerlo, vi su decepción en la cara; yo no era la actriz porno que se imaginaba. Cuando le dije que a cambio pidiera otra cosa, no imaginé las palabras que vinieron a continuación. Lo había hecho sola en mi cama e incluso me habían masturbado muchas veces, pero que lo hiciera como espectáculo para alguien me daba aún mucha vergüenza; pero al verle la cara no podía negarme una segunda vez.
Me senté en el sillón, él por su parte se colocó enfrente, preparado para tener un buen primer plano. Seguramente tenía mis mejillas más sonrojadas de la vergüenza que del calor corporal. Abrí las piernas y cerré lo ojos, así me sería más sencillo. Puse la palma de la mano sobre mi coño y suavemente la pasé sobre mi clítoris, empecé a imaginarme a Fernando, aquello funcionó porque enseguida empecé a excitarme cada vez más.
En el momento que me sentí más segura, abrí los ojos, él se encontraba justo delante pajeándose mientras me miraba, seguramente igual que lo hacía delante del ordenador viendo videos porno en su casa. Volví a cerrarlos. Él ...