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En el barco atracado al muelle, me rompen el culo
Fecha: 11/04/2019, Categorías: Incesto Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos
... que me la sacara, que no podía más. Cuando de repente, se abrió la puerta del comedor, y aparecía un hombre algo mayor que yo, y más joven que el chabolista. Joder, Pedro, pensé que pasaba algo. Venía a dejar el petate, y no te vi, pero al escuchar los gritos creí que te pasaba algo. Y menudo panorama que me encuentro. Te estás follando a un maricón. Joder, menudos gritos que pega el muy cabrón. El que había hecho acto de presencia, era uno de los marineros del barco, que cómo había venido hasta La Coruña, había aprovechado, y fue a dejar en el barco el petate con sus cosas, para no venir cargado con él, el lunes. El chabolista paró de meterme la zanahoria en el culo, y mirando para el que había entrado, le dijo: Pasa pasa, Fidel, ve dejar el petate en tu camarote, y si quieres unirte aprovecha que hoy le voy a dar por el culo a este rico mariconcito. Tiene un culito de lo más rico, pero el muy cabrón es algo estrecho para mi polla, y chilla cómo un condenado. Joder, pero si le tienes metida una tremenda zanahoria en el culo, le decía el tal Fidel al chabolista, sin sacar la vista de mí. Es para abrirlo un poco, ya que no hay manera de meterle mi polla. No me extraña le decía el tal Fidel, es mucha herramienta la que te gastas, con esa polla revientas a cualquiera. Joder Pedro, no sé cómo consigues estos mariconcitos, sí que es guapo el muy cabrón, y menudo cuerpo que tiene, decía mirándome a la cara, y llevando su mano a mis pezones me los pellizcaba. Si ...
... me dejáis participar, me apunto, le dijo el tal Fidel al chabolista. Pues ve desnudándote y vamos a darle por el culo a este pedazo de maricón. No te parece mal, ¿verdad Dani? Me dijo el chabolista. Yo no contesté nada, pero en vista de la posición en que me encontraba mejor era callar y consentir que aquellos 2 me dieran por el culo, y luego marcharme. Además, a aquellas alturas estaba tan pero que tan caliente, que lo que necesitaba era una polla que me diera por el culo, y me quitara aquella calentura que tenía. El tal Fidel, no tardó ni un minuto en quitarse la ropa, y una vez en pelotas, meneando su polla la cual era algo larga, pero de grosor normalito; quizás más delgada de lo normal; se acercó a la mesa y cogiéndome la mano, me la llevó a su hermosa pirola. Toma, me dijo, acaríciala un poco y mira que rica verga te va a dar por el culo, mariconcito. La cogí con la mano empezando a acariciarla subiéndole y bajando la piel del prepucio, y acariciándole los huevos. ¡Ohhh! Gimió el tal Fidel, cuando le empecé a acariciar los huevos. Ay maricón, cómo me estás poniendo, me decía mientras me pellizcaba los pezones. Tienes unos pezoncitos muy ricos joder, y una boquita con unos labios muy sensuales, que estoy deseando me chupen la polla. Se subió el tal Fidel al banco, y poniendo las rodillas sobre la mesa, me cogió por la cabeza, llevando mi boca a su verga. Anda abre la boca y chúpala un poquito, me dijo. Abrí la boca, y sujetándole la polla con mi mano, le ...