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Me enamoré de una prosti (parte 4)
Fecha: 12/04/2019, Categorías: Masturbación Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues
... mano para ver mi reloj de cerca, decía que tal vez le regalasen uno para su cumpleaños mientras acercaba mi mano a su pecho, sin querer le estaba tocando las pezoncitos y al soltarme dejé la mano apoyada allí. No podía moverla por parecer que le estaba sobando los pechitos cuando ella misma se acomodó para que me animase a tocarle las tetitas, esta vez abrí bien la mano para acariciarle los pechos mientras se giraba para que la bese. Yo temblaba por la emoción y el temor, sin saber si para ella era un juego o realmente deseaba sentir este contacto íntimo. Sus labiecitos separarse al besarnos me disipó las dudas, parecía que ambos habíamos caído en las redes del otro. Habrán sido minutos pero me parecían siglos de tener tan cerquita abrazada a mi angelito, nos cortó Celeste burlándose de la hermana "tiene novio, tiene novio". Tuve que sentarla al lado nuestro para explicarle que lo nuestro no era convencional y debería guardar el secreto de habernos visto besándonos, respondió que no habría problema si le compraba otro helado. Volvimos a la heladería de la mano y esta vez su manita tomaba la mía con mucha más confianza, ya nos sentíamos novios aunque no pudiésemos ocultar la diferencia de edades. Esta vez compré bastante helado para llevar devuelta a la casa y nos sentamos todos en la cama de Martita para degustar la golosina. Ángeles apoyaba todo su cuerpito en mí mientras la abrazaba, parecía estar comunicando nuestro secreto a sus amigas mientras nuevamente me ponía rojo ...
... de vergüenza pero las chicas grandes solamente sonreían en complicidad de este amor tan dispar. Al salir su hermanita directamente me ofreció sus labios enchastrados con helado para que la limpiase con mi boca, creo que este beso selló las puertas del infierno y ya no existían cosas malas en este mundo, el paraíso se abría junto con sus labiecitos dulces mientras le comía la boquita por tiempo indefinido. Solamente el carraspeo de MeiLi al volver la hermanita nos logró separar. La chiquita anunciaba que estaba preparada la mesa para comer y todos salimos hacia el comedor, mi angelito decía que ya iba pero necesitaba atarse bien las agujetas de sus tenis, entendí que buscaba un instante de privacidad tomándola de la cinturita mientras le decía que la amaba con locura y todo este tiempo moría por robarle un besito o rozar su manos. Esta vez pude besar toda su carita hasta llegar a sus labiecitos besándola con todo el cariño acumulado en mi vida, le estaba entregando el alma a mi angelito divino. Sonriendo pícaramente me preguntó si deseaba besarle las tetitas pero decidimos ir a comer, sería sospechoso demorar tanto. Por suerte nos tocaron sillas juntas y podíamos aprovechar cada gesto para rozarnos los brazos y manos hasta que una mirada seria de Marta nos indicó que moderemos los juegos para no ser descubiertos. Ya me quedaba en la casa como si fuese de la familia, conversando con la señora me contaba que el marido estaba en prisión por una pelea con heridas graves estando ...