1. Mi hermana Julia


    Fecha: 14/04/2019, Categorías: Incesto Autor: ya1gor9di4si, Fuente: SexoSinTabues

    ... domésticas. Bien; hacía ya años que mi hermana se ocupaba de recoger la ropa sucia del resto de la familia, introducirla en la lavadora y ponerla a funcionar, aun cuándo a mí me tocaba alguna que otra vez el colgarla para que se secase y luego recogerla una vez seca. A raíz de unos exámenes de recuperación de mi hermana esa fue otra de las tareas que recayó sobre mí. De poco me sirvió discutir. Los “estudios de tu hermana” -dijo mi padre- eran más importantes que mis locas ganas de irme a dar una vuelta con mis amigos por las tardes; así que tuve que pasar por el aro. Después de aprender de mi madre cómo programar la lavadora, esa fue otra tarea que ocupó mis ya de por sí cortas tardes de ocio. A partir de ese día -fatídico día en aquellos momentos-, todo mi apremio era llegar a casa, realizar mis tareas rápidamente, junto con la de recoger y poner a lavar la ropa, y salir cuanto antes de casa para estar con los amigos. Normalmente todos dejábamos la ropa sucia en una cesta de mimbre enorme que teníamos en el cuarto de la lavadora, pero algunas veces me tocaba recoger también la ropa sucia, cuarto por cuarto, para luego llevarla a lavar. No protesté. Para mí, todo era válido con tal de acabar pronto y poder irme. Un día por la tarde al llegar de clase pude ver que el ciclomotor de Julia estaba aparcado frente a casa… -bueno, pensé yo-, se ve que hoy ha acabado las clases antes y se ha venido a estudiar; y así fue… Para advertir mi presencia entré en casa dando un portazo. - ...
    ... Holaaaaaaaa… ¿Julia? - ¿Qué quieres? contestó desde su habitación, en el piso de arriba. - Nada, que ya estoy aquí… voy a recoger un poco y me voy, que me esperan. -Hoy no tocaba la dichosa lavadora-. La puerta de su habitación se abrió, y oí cómo Julia bajaba las escaleras… - Luis, escucha, ha llamado mamá y me ha dicho que le dejes la lavadora puesta, que necesita un par de cosas para mañana, sin falta, y están sucias en la cesta. - Joder, Julia, por favor… hazlo tú. ¿Qué te cuesta?… te he dicho que me esperan. - Ni hablar; estoy estudiando; me voy hasta la nevera a pillar una lata de cola y sigo. Mañana tengo un examen bastante duro de roer; por eso he venido antes hoy. - Vale, hermanita, ¡muchas gracias!, ya me pedirás tú algo. - De nada -rió ella- y se alejó hacia la cocina. Se ve que había estado tumbada en la cama estudiando, porque llevaba puesto el pantalón del pijama y una camiseta… y bueno; la verdad es que Julia estaba muy buena, sí; muy buena, ¿por qué no habría de reconocerlo? Iba descalza y parte de su mata de pelo negro le llegaba casi hasta media cintura… pero en fin… seguía siendo mi hermana, y encima no me ayudaba lo más mínimo. Me puse de inmediato a recoger la cocina y una vez que tuve listo eso me dispuse a meterme en el cuarto de lavado para seleccionar un poco la ropa tal y cómo mi madre me había enseñado. Durante esa selección de ropa me topé, como tantas otras veces, con unas braguitas de Julia, que fueron a parar enseguida al montón de ropa interior ...
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