Mi hermana Julia
Fecha: 14/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: ya1gor9di4si, Fuente: SexoSinTabues
... que había formado a mi izquierda. Sabía perfectamente que eran las bragas de mi hermana: las distinguía de lejos de las de mi madre. Julia se vio sometida, como cualquier niña durante su época infantil, al capricho de sus padres en cuanto a la ropa que había de vestir, pero en cuánto pudo decidir qué tipo de ropa comprarse, ésta se diferenció en seguida de la que usaba mi madre. No podía ser de otra forma. Las braguitas de Julia eran eso: “braguitas”… no como las de mi madre que eran “bragas”, con “A” mayúscula. También tuvo Julia especial cuidado en escapar de la tiranía de colores, en cuánto a ropa interior se refiere, que mi madre le impuso de pequeña; las bragas que le compraba mi madre, de un blanco impoluto o de un austero color crudo, pasaron a ser para Julia rojas, negras e incluso azules y. alguna que otra, ¡dorada! En cuanto a modelos; sin duda la braguita tanga era la más normal para Julia… a veces me pregunté si “eso” no debía molestarle. –Me refiero a esa minúscula tirita que une el frente y la cinta. En fin; me había convertido en un experto en lo que a la ropa interior de la familia se refería. Pues bien, durante esa selección de ropa llegaron hasta mis manos las braguitas de Julia. En esta ocasión eran unas blancas, muy pequeñas, la verdad… tenían esa característica forma enrollada que adquiere la ropa interior femenina una vez que su dueña se ha desprendido de ella. No sé muy bien porqué pero me dediqué en esa ocasión a estirar las braguitas de Julia antes ...
... de echarlas al montón, y fui desenrollando la braguita completamente hasta que tomó su forma original. Entonces me llamo la atención una pequeña mancha en el interior de la misma… bueno… -será flujo vaginal-, me dije a mí mismo. No es que hubiese visto nunca un coño o hubiese estado lo suficientemente cerca, para saber lo que era aquello; pero algo sabía del asunto, por lo que me habían contado algunos de mis amigos, que ya presumían de haber estado con chicas. Me detuve, en lo que a mí me pareció un largo momento, en contemplar aquella delicada mancha sobre la parte inferior de las braguitas de mi hermana; entonces y al acercarlas más y más a mi cara fue cuándo noté un olor penetrante, pero al mismo tiempo, para mí, agradable. ¿Pero qué me estaba ocurriendo? Cuándo me quise dar cuenta estaba oliendo el flujo vaginal que había dejado mi hermana sobre sus braguitas usadas, al mismo tiempo sentí como mis pantalones no podían dar cabida a la erección que tenía lugar en su interior. No podía evitarlo… olían tan bien. Había algo que me hacía sentir bien con aquel aroma. Nunca antes me había excitado con un olor; en todo caso con revistas, fotos o incluso con recuerdos mientras me masturbaba; pero nunca con un olor. Sentí el impulso de tocarme mientras seguía oliendo aquella prenda de ropa interior… empecé a acariciarme el bulto bajo mi pantalón con una mano mientras con la otra sostenía las bragas de mi hermana sobre la cara. - ¡Luis! -oí de pronto-. ¡Dios mío! Si alguien puede ...