1. La roja, la rojita y la chochona


    Fecha: 18/04/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... marido gana mucho dinero.
    
    -Vale, quinientas pesetas y no os vais de la lengua. Por la ventana os daré las quinientas pesetas.
    
    Luisiño, al ver que la tenía pillada por los pelos del coño, se vino arriba.
    
    -Por la ventana vamos a entrar para follarte...
    
    La Roja se alarmó.
    
    -¡No!
    
    -Sí, después de follarte ya nos pagarás.
    
    -Vale, vale, ya hablaremos de eso. Me voy que ya, paré mucho tiempo hablando contigo y a las viejas les gusta mucho darle a la lengua.
    
    Yo estuviera callado cómo una tumba. Luisiño se había vuelto un cabrón de mucho cuidado, pero me iba a salpicar su osadía... Follar y cobrar. ¡Menudo negocio!
    
    Esperamos a que volviese del río, que tendiese la ropa y después nos acercamos a la ventana. Nos estaba esperando con una escopeta de cartuchos en la mano. Sonriendo, nos dijo:
    
    -Entrar, entrar, chantajistas.
    
    Entramos por la ventana, temblando, pero entramos. A punta de escopeta nos llevó a una habitación. Luisiño, que en el fondo era un cagado, le dijo:
    
    -No te lo dije en serio, Casilda.
    
    La Roja, no paraba de sonreír.
    
    -Ya, para eso venías, para decirme que no lo dijiste en serio. Besa a Quique o te vuelo las pelotas.
    
    Se veía que nos quería tener bien atados. A los maricones en aquellos tiempos los molían a de palos.
    
    -¡¿Qué?! -sonrió- Bueno, si hay que besarlo, se besa.
    
    En ese momento me di cuenta de que a Luisiño le daba igual la carne que el pescado. Hablé por primera vez, y me hice el chulo.
    
    -Ya se las puedes volar. Este ...
    ... maricón a mí no me come la boca.
    
    Apuntando con la escopeta a mis pelotas y a las de luisiño, dijo:
    
    -Pito, pito, gorgorito...
    
    No me dio Luisiño el beso a mí, se lo di yo a él.
    
    La Roja, se sentó en el borde de la cama, y nos dijo:
    
    -Quiero ver cómo folláis. ¡En pelotas!
    
    Ya estaba viendo cómo Luisiño me rompía el culo. Nos desnudamos... Estábamos empalmados. El morbo, supongo.
    
    -Menéasela, Luisiño.
    
    Me cogió la polla y me empezó a hacer una paja. Me gustó. Tenía las manos más finas que muchas mujeres.
    
    -Bésalo.
    
    Me dio un pico.
    
    -Ahora, chupásela.
    
    Luisiño me cogió la polla y la iba a meter en la boca. La Roja, dijo:
    
    -¡Ay, Dios, que cachonda estoy!
    
    Dejó la escopeta sobre la cama, se arrodilló delante de los dos y nos las chupó con ganas.... ¡Qué ganas tenía la viciosa!
    
    Luisiño, mientras las mamaba, quiso besarme. Le dije:
    
    -¡A que te cae una hostia, maricón!
    
    Desistió, pero ahora que no me lee nadie, si me llega a besar, le devuelvo el beso.
    
    Cuando la Roja se puso en pie, la besé, Luisiño, se puso detrás de ella. La mujer se fue desnudando. Al estar en bragas y sujetador, Luisiño, le bajó las bragas y le comió el culo. Yo me agaché un poquitín y se la metí en el coño, un coño que estaba encharcado de jugos. Fue metérsela, y sin llegar a empezar el mete saca, comenzaron a temblar sus piernas y se corrió cómo una bendita.
    
    Al acabar de correrse, se quitó el sujetador. Unas tetas tirando a grandes y redondas quedaron al descubierto. Se ...
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