La roja, la rojita y la chochona
Fecha: 18/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... castilla, cómo se limpiaba la boca con la manga de la blusa y cómo se limpiaba las manos a la falda. Se levantó, vino hasta la roca, y nos dijo:
-¡Fuera de ahí!
Nos levantamos y se sentó ella en la roca. Se quitó una zapatilla, y le dijo a Luisiño:
-¡Baja los pantalones!
Luisiño la miró con cara de asombro.
-¡¿Qué?!
-¡Que bajes los pantalones o ya sabes lo que te espera!
Me dio la risa. Al verme riendo, la Rojita, sonrío con cara de zorrilla, y me dijo:
-Ríete, ríete que ya llorarás.
Luisiño estaba con los pantalones bajados y la polla tiesa esperando su castigo. La Rojita, le dijo:
-Échate sobre mis rodillas.
Luisiño se echó sobre las rodillas. La Rojita me dio la zapatilla, y me dijo:
-Dale.
No rechisté. Le zurré en las dos nalgas.
-¡Plas, plas, plas, plas, plas!
Luisiño se estaba acordando de toda mi familia. La Rojita estaba disfrutando.
-¡Dale con más fuerza, coño!
Le di.
-¡¡Plas, plas, plas, plas!
Luisiño, me dijo:
-¡Cuando me toque darte te voy a dejar el culo negro!
Para la Rojita no era suficiente.
-¡Dale con más fuerza y más veces!
Le zurré con ganas.
-¡¡¡Plas, plas, plas, plas, plas...!!
Cuando dejó que se levantara, a Luisiño le caían los mocos y unos tremendos lagrimones. Sacó el pañuelo, se sonó los mocos, me miró con ojos de loco, y me dijo:
-¡Baja los pantalones y échate en su regazo, cabrón!
¡Y una mierda me iba a poner en las rodillas de la Rojita! Le dije a Luisiño:
-Yo no ...
... soy el enemigo, el enemigo es ella, joder.
Miramos para ella. La Rojita se levantó con idea de salir corriendo. La agarré por la cintura y le bajé las bagas. Luisiño ya se sentara en la roca con la zapatilla en la mano. La puse de espaldas a él. Le quité la blusa y un sujetador blanco que llevaba muy ceñido, supose que para que no se notasen aquellas dos preciosas tetas que parecían manzanas y que la mitad de ellas eran areolas echadas hacia fuera y que remataban con pezones pequeñitos cómo granos de arroz. Se las mamé y no opuso resistencia, es más, se sentó sobre a polla de Luisiño y al final acabó gimiendo y acariciándome el cabello. Después se la tendí sobre las rodillas. La Rojita, pataleó un poco, pero no chillaba pidiendo ayuda. Luisiño, no sé porque, pero no se cebó, le levantó la falda y le dio en el culo con poca fuerza con aquella zapatilla negra con piso azul de goma.
-Plas, plas, plas, plas.
Le preguntó:
-¿Qué decías que le ibas a decir a tu padre?
-¡Todo! Y esto que me estáis haciendo, también.
Le arreó con un poquito mas de fuerza.
-¡Plas, plas, plas, plas!
La Rojita abrió las piernas. Vi que tenía el coño peludo empapadito de jugos. Me agaché, le quité la falda, y se lo lamí. Exclamó:
-¡Ayyyyyyyyyyy que cochiniiiiito!
Dejé de lamer, Luisiño, le volvió a dar, esta vez con menos fuerza.
-Plas, plas, plas, plas.
La Rojita ya estaba que echaba por fuera.
-Cómeme el coño un poquito más, Quique.
Se lo comí y sentí cómo se le ...