A los pies de Laura
Fecha: 21/04/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Dany, Fuente: CuentoRelatos
... Buscaba ahora, un lugar donde sentarme a tomar mi almuerzo. No tuve que esmerarme mucho buscando un sitio adecuado para consumir mis alimentos, un poco más adelante siguiendo la vereda, había un pequeño paraje que me pareció adecuado para lo que me interesaba. Una media hora después la situación había sido aliviada, y yo me disponía a tomar una siesta bajo la sombra de un frondoso pino, utilizando parte de mi mochila como almohada. Aquel ambiente apacible me sumió en un relajamiento tal que pronto me fui deslizando al mundo de los sueños. Cuando abrí los ojos, más tarde, el sol estaba a unas pocas pulgadas sobre el horizonte y, por alguna razón, vino a mi mente aquel cuento que narra la historia, ficticia por supuesto, o al menos eso creo, de una persona que se durmió en un bosque escuchando el trino de los pájaros y que, cuando se despertó, aunque él se veía y se sentía igual, en realidad el tiempo había avanzado varias décadas. Entonces, sólo para estar seguro de que conmigo no había ocurrido lo mismo, saqué el móvil de la mochila, lo activé y vi la fecha: ¡qué alivio! era el mismo día, sólo que un poco más tarde. De manera que tenía que darme prisa si quería llegar a la casa todavía con los últimos rayos de sol.
Cuando enfilé el último tramo de vereda antes de llegar a la casa, el sol ya se había ocultado, y en el horizonte sólo quedaban unos celajes luminosos de color rosa y naranja, también a punto de desaparecer del firmamento. Cuando puse mis pies ya dentro de la ...
... propiedad de mi familia, mis primas, Evelyn y Francesca, salieron a mi encuentro para saludarme y contarme que habían llevado a alguien más con ellas.
¡Lo sabía, confiar en las promesas de mis primas es como creer en los disparates de los políticos! ¡Lo sabía, y me dejé engañar!
Francesca, quizás intuyendo lo que estaba pensando, rápidamente agregó:
—Es solamente una amiga mía y, además, al igual que a ti no le agrada el guateque.
Vaya, a mí eso debería darme igual, de todas maneras, tenía planeado pasarme los días fuera, en el bosque.
—Ven, entra con nosotras, te la voy a presentar —dijo animosa Francesca.
—Mira, en realidad me siento muy cansado —reusé—, creo que mejor dejamos eso para después.
—Como tú quieras —respondió mi prima, y tomándose de la mano con Evelyn me dieron la espalda y se introdujeron de nuevo en la casa.
Yo, por mi parte, opté por colarme desapercibidamente al interior por una entrada lateral de la residencia campestre. Y de una vez, y ágilmente, para que nadie reparara en mi presencia, subí resueltamente a la segunda planta en busca de mi recámara. Pero cuando iba caminando en el piso superior por el pasillo que llevaba a mi dormitorio, la curiosidad me obligó a asomarme por la balaustrada, con la finalidad de ver hacia el salón de abajo, donde estaban todos reunidos, y… en ese momento, no pude más que parodiar la frase de Ricky enCasa Blanca: De todas las casas de montaña que hay en el mundo, ella tuvo que venir a la de mi tío.Y ...