A los pies de Laura
Fecha: 21/04/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Dany, Fuente: CuentoRelatos
... lo más sorprendente: cuando yo me encuentro precisamente aquí. ¡Ella!, ¡ella!… la chica de las piernas bonitas con la minifalda, con la que yo me había encontrado en el restaurante aquella tarde de lluvia torrencial. ¡Cómo iba yo a sospechar que mi prima Francesca era amiga de aquella chica! La chica con la que había fantaseado ciertas faenas eróticas… ¡Ella estaba en este momento aquí! ¡Joder! Y ahora, cómo…, con qué excusa bajaba al salón. Aquella chica estaba, nuevamente, tomando el control de mis acciones. Necesitaba verla. No podía perder la oportunidad de conocerla.
No me detuve a pensarlo más, me apresuré a llegar a mi recámara, tiré en algún lado la mochila y la pequeña maleta con la cámara, me fui al baño a lavarme los dientes y a poner cierto orden en mis cabellos, y luego, tratando de forzar en mi rostro cierto aire de indiferencia, bajé hasta el salón en donde estaban todos reunidos.
—Vaya, pensé que ya estabas durmiendo —dijo socarronamente Francesca, como intuyendo la razón por la cual había cambiado de parecer—, pero veo que has decidido venir a compartir con nosotros un momento.
—Y qué es lo que te ha hecho bajar tan rápido —preguntó Evelyn al mismo tiempo que le dirigía una mirada de complicidad a su hermana.
—Sí, primo, qué es lo que te ha hecho bajar con tanta rapidez —agregó Francesca.
—Nada. Tal como te dije, deseaba venir a saludar a tú invitada —mentí descaradamente.
—Ah, sí, ya veo. Ven te voy a presentar a mi amiga…
Me acerqué ...
... junto con mi prima a donde estaba sentada la chica de las piernas bonitas, que esta vez cubrían unos vaqueros azules desteñidos, y cuyos pies calzaban ahora unas zapatillas deportivas.
—Laura Daniela —se presentó la chica mostrando algo de sorpresa y esbozando cierta picardía en sus ojos y en su sonrisa; como ocultando algo.
—Joaquín Quiroga —dije, seguidamente, embobado; y buscando un asiento cerca de ella.
De momento no encontré un tema apropiado para mantener una conversación con la chica. Y, además, Gustavo, el esposo de Evelyn, tenía entretenido a todo el mundo con sus fanfarronerías y contando algunos chistes de tono medio.
Pero de pronto, hubo un breve silencio que Laura Daniela aprovecho con alevosía, premeditación y ventaja:
—Joaquín —dijo ella en un tono muy inocente— ¿Alguna vez has probado las hamburguesas del Gourmet Burguer’s?
Aquella pregunta me dejó como suspendido en el vacío. ¿Se acordaba ella de haberme visto en el restaurante aquella tarde de lluvia?
—Eh, bueno, sí…, en realidad sí las he probado, son muy buenas. ¿Por qué?
—Es que una tarde en que estaba lloviendo fuerte entré en ese restaurante y te vi allí, sentado en uno de los apartados. Yo me senté cerca de donde estabas, saqué mi ordenador, lo puse sobre la mesa, lo abrí, pero no lo encendí, y en el reflejo de la pantalla podía ver perfectamente lo que tú hacías. Estabas tan abstraído en algo, que quizás ni te diste cuenta de que continuaba apagado.
—No —titubeé un poco—, es ...