El oro nos gusta a todos
Fecha: 22/04/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
El oro nos gusta a todos
Me gano la vida en una actividad cuya primera regla es tratar de pasar desapercibido lo máximo posible para la gente en general y hacerse notar sólo para la clientela. Soy algo parecido a un representante —comercialo intermediario— de joyería de calidad, de alta gama. Realmente mi trabajo consiste en visitar, tras concertar una cita de manera discreta y con no demasiada antelación —por motivos de seguridad— a una serie de distintos clientes —dueños de joyerías, talleres de joyería, revendedores y también particulares que compran joyas por inversión o por simple capricho, que de todo hay— tanto en sus locales comerciales, como en sus domicilios o en la suite de un hotel de lujo, por ejemplo.
El correo electrónico ayuda tanto a presentar las joyas que llevo como a concertar citas, pero en el ambiente en el que yo me muevo —joyería de alto precio: oro, platino, a veces diamantes, plata antigua muy trabajada, exclusivas marcas de lujo— es imprescindible la presencia física —en ocasiones hay regateo en el precio— y que el cliente vea, toque ysienta las joyas, que las desee. Qué tendrá el oro.
Voy cargado con un discreto maletín —por obvias razones de seguridad ya no llevo, como se hacía años atrás, maletas grandes con mucha cantidad de joyas, sino que tengo varias cajas de seguridad repartidas por bancos de las zonas geográficas en las que me muevo para no quedarme sin existencias en ningún viaje— en el que transporto lasmantas con las joyas ...
... que quiero vender.
Habitualmente viajo en automóvil, me acompaña un conductor —rara vez voy en avión por los problemas que plantean las medidas de seguridad de los aeropuertos dado que no todas las joyas que vendo tienen factura, no creo que deba aclararlo mucho más, pero en este negocio no se suele preguntar la procedencia de las mercancías— que es un buen amigo desde la infancia, Pedro. Mi campo de actuación comprende casi toda España, Lisboa, Oporto, y de vez en cuando, Marsella, Niza, Rabat, Casablanca, Marrakech. Me gano bien la vida, esto da dinero, aunque se trabaja bastante y también cansa el viajar unas tres semanas al mes, además del riesgo de robo o cosas peores, siempre presente.
Hace dos semanas mi buen amigo Pedro falleció de un fulminante ataque al corazón cuando estaba tranquilamente sentado en casa viendo un partido de fútbol en la televisión. Joder, si tenía mi misma edad —cuarenta y siete años— y nunca había tenido problemas de salud. Si ni tan siquiera le gustaba el fútbol. Hay que joderse.
Se me plantea un grave problema porque necesito un conductor —yo me canso mucho conduciendo a pesar de utilizar un cómodo coche de lujo y además no me gusta, soy bastante inútil al volante— y no es fácil encontrar gente de confianza. He recurrido a un par de agencias, pero no me han gustado los candidatos que me han mandado porque realmente lo que me ofrecen es un guardaespaldas, que no los quiero ver ni en pintura. Pasado mañana tengo que salir de viaje por el ...