1. Incestos en la noche


    Fecha: 24/04/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... Sopitas?
    
    -No, ven, mamá.
    
    Felisa, en camisón, levantó las sábanas y se metió en la cama. Extendió una mano y se encontró con el cuerpo desnudo y caliente de su hijastra. Le tocó el chochito y vio que estaba mojado.
    
    -¿Estuviste jugando tú sola, Sopitas?
    
    -No.
    
    Felisa le tocó el clítoris con un dedo, y le dijo:
    
    -Vamos a empezar la lección. Acarícialo con tu dedo de abajo arriba, hacia los lados y alrededor y piensa que estás haciendo el amor con alguien que te guste.
    
    Nuria hizo lo que le dijo su madrastra y se puso como una moto...
    
    -Dame un beso, mamá.
    
    -¿En quién estabas pensando?
    
    -En ti.
    
    Felisa le metió un morreo que la dejó a temblar.
    
    -¿Quieres que juegue con tus tetas, Sopitas?
    
    -Siiii.
    
    Felisa le magreó y le mamó las tetas. Nuria, gimiendo, le dijo:
    
    -Cuéntame al oído como fue tu primera vez con una monja en el convento.
    
    Felisa, magreándole las tetas a su hijastra, le contó al oído:
    
    -Estaba en camisón, rezaba arrodillada al lado de la cama de mi celda. La madre superiora, que era una cuarentona viciosa y pervertida, llegó con otra novicia, guapísima, cerró la puerta de la celda, y le dijo: "Desnúdese, hermana". La novicia se quitó la túnica, la toca, el cordón, el habitó y las bragas blancas. Tenía el cabello negro. Sus tetas eran grandes y redondas y su coño estaba rodeado de vello negro. Al estar desnuda, me dijo a mí: "¿Este cuerpo la invita a pecar, hermana?"
    
    -No, madre.
    
    -"A mí, sí".
    
    Se arrodilló, la besó, le comió ...
    ... las tetas, se agachó y le comió el chochito. A los cinco minutos, más o menos, me volvió a preguntar:
    
    -"¿Siente deseos de pecar, hermana?"
    
    -Sí.
    
    -"Ocupe mi lugar".
    
    -Fui al lado de la novicia, la besé. Sus labios eran tiernos y cálidos y su lengua como una serpiente que reptaba por la mía... Le comí las tetas, duras y puntiagudas... Le pasé la lengua por el chochito. Lo encontré mojado... La madre superiora se sentó en mi cama, levantó el hábito, metió una mano dentro de las bragas y comenzó a masturbarse. Yo comiendo...
    
    Nuria ya no aguantaba más.
    
    -¡Cómemela, mamá. Cómemela!
    
    Felisa quitó el camisón y las bragas. Se metió entre las piernas de su hijastra. Le apartó la mano. Metió todo el coñito en la boca, lamió y, Nuria le llenó la boca con el flujo de una corrida brutal.
    
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    Quinta Parte:
    
    Berto había oído los gemidos de su hermana al correrse. Se imaginó lo que estaba pasando y fue a la habitación. Encendió la luz y vio que su madrastra y su hermana se estaban besando.
    
    Nuria no sabía dónde meterse, ni que decir. Tapó la cabeza con las sábanas. Berto le preguntó a su madre. ¿Puedo jugar con vosotras?
    
    -Pregúntaselo a tu hermana.
    
    Nuria, era cortita, pero no tanto. Al ver que su madrastra ni se inmutaba, sumó uno más uno.
    
    -¡Vosotros ya pecasteis juntos!
    
    Berto se acercó a la cama, destapó a las dos mujeres, y le dijo a su hermana:
    
    -Y lo pasamos de miedo. ¿No quieres sabes cómo sabe un pene?
    
    Nuria, en posición ...
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