1. Cris y Nerea, su madre


    Fecha: 21/08/2017, Categorías: Incesto Autor: zitro1, Fuente: CuentoRelatos

    ... de peso y estatura me permitió neutralizar el ataque con relativa facilidad y la sujeté contra mi cuerpo, con un brazo la rodeé por la cintura y con el otro neutralicé la mano que se alzaba, su enojo en la mirada a través del cristal de sus gafas intentaba asesinarme.
    
    - ¡Eres un estúpido grosero! -dijo escupiendo con palabras amenazantes y tratando de escapar del cerco en que se habían convertido mis brazos.
    
    Decidido a terminar con esa tontería antes de que pudiera causarle algún daño me disculpé y a pesar de lo maravilloso que me resultaba sentir sus tetas frotándose contra mi pecho no deseaba que las cosas pasaran a mayores así que procedí aflojar mi presión pero antes de soltarla acompañe su mano posándola sobre la bragueta abultada de mi pantalón.
    
    No me pregunten por qué lo hice, porque ni yo mismo conozco la respuesta, pero en su enojo y en lugar del previsible rechazo me encontré con una respuesta imprevista pero tan apasionada que en unos instantes me sentí transportado a la cima de la excitación, no apartó la mano sino más bien presionó y cerró los ojos.
    
    - ¿En qué me estoy metiendo? -dijo jadeando, con el pelo revuelto y las mejillas rojas.
    
    En lugar de palabras le respondí con un golpe de caderas que incrustó el bulto de mi verga en la unión de sus muslos. Durante unas fracciones de segundos el tiempo pareció detenerse mientras ella acusaba el impacto.
    
    - ¿Por qué me haces esto? -continuó entre confundida y atemorizada cuando la hice girar contra ...
    ... la pared para que yo a sus espaldas me apretase contra ella.
    
    - Si quieres puedo marcharme.
    
    - ¡No, no...! pero dime que pretendes hacer conmigo.
    
    - Todo a lo que tú estés dispuesta.
    
    - Depende a lo que te refieras... podría estar o no.
    
    - Primero levanta bien los brazos, apóyate con las manos en el espejo de la pared, procura no moverte y separa las piernas -obedeció, en aquella postura su cuerpo quedaba arqueado.
    
    - ¡Oh, por favor...! ¿Vas a cachearme? -dijo entre risitas.
    
    - Pareces impaciente, tienes un cuerpo que seguro eres deseada, tu sensualidad es más que una mera provocación física.
    
    - ¡Gracias... Si... pero...! -tembló, en aquel momento no supe si era por miedo o por excitación.
    
    A través del espejo vi como cerraba los ojos y su lengua se deslizaba por entre los labios, echo la cabeza hacia atrás dejándome la oreja a la altura de mi boca, le pase la lengua bajándola hacia el cuello, unos casi inaudibles suspiros brotaron de sus labios, lo cual me dieron a entender que daba el beneplácito para seguir.
    
    La verdad es que estaba en aquella postura muy provocadora. Llevaba unos zapatos con poco talón, medias color carne, una falda algo acampana negra que se ajustaba a sus caderas y una camisa floreada que le marcaba los pechos, no se le apreciaban exuberantes, pero sí generosos, cubriéndole los hombros y parte de la espalda una melena de un caoba claro, además al llevar gafas le daba un morbo añadido. Le di una palmadita en el trasero, un gesto de ...
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