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Ana 6: desencadenada (Parte 3)
Fecha: 25/04/2019, Categorías: Gays Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... semen, se la lleva de nuevo ya fláccida a la boca y traga otra vez el líquido viscoso. Se va al baño a enjugarse la boca. Se da cuenta que desde que llegó Ramiro, pasaron como mucho media hora, no estaba segura de si lo iban a despedir por ese tiempo. Se había prometido vengarse de los hombres, y en cambio, el cadete se iría victorioso, le contaría a sus amigos de la inesperada mamada, y quizá ni siquiera tendría problemas en el trabajo. No podía permitir que eso ocurra. Cuando sale del baño él la está esperando con el carrito al lado de la puerta. —Bueno hermosa me tengo que ir, pero seguimos en contacto, te dejo mi Facebook. — le entrega un papel donde anotó una dirección de correo electrónico. — fue hermoso lo de recién, pero si no me voy ahora me van a echar a la mierda. Como respuesta Ana se saca la remera, quedando en tetas. —Uy mi amor, no me hagas esto, por favor. — suplica Ramiro. — en un par de horas termino y paso a verte de nuevo. Ella le da la espalda. Da varios pasos en dirección a su cuarto. Se quita el short, y lo tira al piso. Gira para ver la cara de desesperación de su víctima. —Si no me garchás ahora, te juro que no lo hacés nunca más. — amenaza. Avanza unos pasos más y antes de entrar al cuarto, se saca la tanga, dejándola también en el suelo. Ramiro quedó petrificado, pero sabe que está perdido, no hay manera de que no entre al cuarto a cogerse a tremenda hembra. Se olvida de su trabajo y de todo el mundo y avanza por el camino ...
... dibujado por las tres prendas, el camino que lo llevaría hasta el placer. Entra al cuarto. Ella está esperándolo en cuatro, ya dispuesta a ser penetrada. Gira la cabeza manteniendo la postura de perra. —¿te gusta así? ¿o querés cogerme de otra manera? —Me encanta así. — le responde. Entonces se desnuda por completo y se monta en esa yegua indomable. Están un buen rato sacudiéndose en esa posición, hasta que ella le ordena que se ponga abajo, y se monta en él, metiéndose la pija despacio, engulléndola por completo con su vasto sexo. Entonces se hamaca a su gusto. —Mmm no te muevas. — dice cuando él intenta tomar el control de la situación. — mmmhhh mmmmmhh. — gime. Le aprieta el pezón mientras se balancea, descubriendo que es de los hombres a los que les gusta. Entonces se agacha y le da un mordisco. —Ay mi amor, que linda sos. Sí. Mordeme ahí. Ella lo complace, pero enseguida vuelve a su posición, quiere acabar. El cadete queda apresado un buen rato, inmóvil, a merced de los caprichos de esa loca hermosa, de la misma manera que muchas veces ella quedó a merced de tantos machos. Sólo que él se siente en el cielo. Ana acaba, se retuerce, arquea la espalda, se inclina hacia él y le da otro mordisco en el pezón mientras goza de los últimos instantes del orgasmo. Cogieron dos veces más. Pasaron casi tres horas desde que Ramiro entró al departamento. El portero le tocó el timbre porque del supermercado estaban preocupados porque no volvía y tampoco contestaba ...