Era la media tarde
Fecha: 30/04/2019,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Era la media tarde, y el último camión terminaba de salir del depósito, me sentía cansado y hastiado no del trabajo en si, sino de estar allí como hombre, tan lejos de lo que a mi me gustaba, con mis ya 40 años nunca me había atrevido a transformarme y salir al mundo como a mi me gustaría y solo me quedaba vestirme como mujer en casa y mostrarme así por Internet, soñando siempre con las tres veces en que siendo joven supe disfrutar de tener a un hombre metiendo su pene en mi cuerpo. Me consolé pensando que al momento que el camión desapareciera ya podría ir a mi casa y transformarme como me gustaba, y al menos poder mostrarme por Internet, ya que no me animaba a hacerlo de otra manera, es decir salir directamente a la calle como mujer.-
Ya estaba de viaje en el colectivo, el sol empezaba a esconderse y yo sentía como una especie de melancolía. Sabía que lo único que la evitaba era ese momento a solas en las que podía sentirme mujer.-
Al fin llegué a mi departamento; en un instante estaba preparándome para darme una buena y relajante ducha. Al poco tiempo disfrutaba sentir corriendo el agua tibia por la piel de mi cuerpo, el agua arrastraba no solo la suciedad, sino también la carga negativa que el trabajo y mi condición me imponian.-
Al final salí de la ducha, sequé cuidadosamente todo mi cuerpo y me observé en el espejo. Inspeccioné mi piel para asegurarme que no existía algún bello indiscreto que quitara la armonía de mi piel depilada. También observé como se ...
... me veían los pechos, logrados a fuerza de hormonas, eran bien pequeñitos pero resumían la forma de pechos de mujer, bien disimulables por otra parte cuando vestía de hombre por medio de la utilización de camisas amplias.-
Me envolví con la toalla, desde debajo de los hombros como hacen las mujeres y me dirigí a mi habitación.-
Lo primero que hice fue perfumarme, me coloque un perfume dulce bien femenino que me encanta, luego abrí el cajón de mi cómo para elegir la ropa interior. Una tanga negra, lisa y un sostén al tono. Luego llegó el momento excitante de sentir correrse en la piel la suave textura de unas medias de nylon, también negras. Para seguir con el tono me puse una poyera mini, negra y una blusa sin mangas de color celeste turquesa. Me senté frente a la cómoda y comenzé a aplicarse base de maquillaje, me pinte discretamente los ojos y me puse un labial tenue, pero bien sexy. Terminé con la peluca, una melenita morena que me llegaba a los hombros. Unos elegantes zapatos de taco y me puse de pie para volver a verme en el espejo. Me descubrí sonriendo, satisfecha de que me devolviera la imagen de una mujer apetecible, no porque yo lo dijera sino por los piropos que me decían aquellos con los que jugaba via Internet.-
Comencé a moverme por mi departamento, a mis anchas, como mujer, ahora si feliz, ya me dirigía a encender la computadora para conectarme y jugar como a mi me gustaba. Pero en ese preciso instante sonó el timbre de mi departamento anunciándome la ...