1. El anormal afecto de mamá


    Fecha: 15/05/2019, Categorías: Gays Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía una expresión de excitación, que no la puedo olvidar. Sobre todo, cómo miraba la verga de mi hermano, como con codicia. La forma en que le habló no denotaba coraje, casi musitando le dijo:
    
    —vete a tu cuarto.
    
    Me levantó del piso pues la sorpresa no me dejó reaccionar. Traía un cinto en las manos y me obligó a bajarme los calzones. Tres azotes me dio con una furia que nunca me había mostrado. Por esa razón, porque casi me convirtió en mujer, adoro a mi hermano Horacio. A partir de entonces las cosas entre mi madre y yo no funcionaron. Ella me trataba como si fuera una competencia. Al menos así lo sentí. La verdadera competencia para ambas, estaba en la escuela. Las chicas se derretían por mi hermano y le daban lo que él les pidiera. Tenía un profesor mi hermano, cosas del destino. Tuvo un accidente y fue sustituido. No sabemos qué le pasó ni cuál es su estado. Mi hermano iba a la escuela, pero no tenía clases. Como un mes después, llegó el reemplazo resulto ser una maestra. Hortencia de nombre, en honor a la verdad, era una mujer muy hermosa dotada de un cuerpo bastante atractivo. Cuando conoció a Horacio, o mejor dicho cuando se conocieron, la atracción fue de ambos. La maestra disimulaba su atracción en el hecho de ver a mi hermano tan crecido.
    
    —pareces un hombre hecho y derecho Horacio.
    
    La relación entre ellos se dio muy rápido, solo un ciego no se daría cuenta. Para fortuna de la maestra solo quedó en el dominio de los estudiantes. Horacio comenzó a ...
    ... salir más tarde del colegio, esto no fue algo que pareciera extraño para mamá. Tomando en cuenta que solo yo sabía el motivo en casa. Esa tarde, me quedé esperando a que Horacio saliera, pero no fuera del colegio. Me metí al sanitario para que nadie me sacara. Cuando no oí una sola voz salí de mi escondite. Aun así, busque ser sigilosa en mi camino al salón de Horacio. De alguna manera esperaba lo que vi. El ritmo de la respiración de la maestra Hortencia, era apresurado ante el atrevido ataque a sus encantos. Sin embargo, estaba muy lejos de resistirse; sin duda le resultaba excitante el jugueteo.
    
    —Tócame —murmuró— Te doy permiso.
    
    Horacio hizo eco a la tentadora invitación. En verdad, él tenía esa intensión, mas ahora con la venia, sus expectativas eran mucho más prometedoras. Internó su mano más adentro. La solícita profesora abrió sus muslos dando más libertad a su exploración. Muy pronto su mano alcanzó los sensibles labios de su codiciada rendija. Durante los siguientes diez minutos, la pareja permaneció unidos por sus labios. Sólo su respiración delataba la intensidad de sus sensaciones, que los conducía inexorable a la embriaguez lasciva. Horacio percibió como su clítoris adquiría rigidez bajo sus ágiles dedos. Bajo el hechizo de aquel instante Hortencia cerró sus ojos, y dejó caer su cabeza hacia atrás, se estremeció ligeramente, al tiempo que en su cuerpo sucedía un relajante estado lánguido, y su cabeza encontraba apoyo en el brazo de su asaltante.
    
    —¡Horacio! ...
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