1. Sexo con el nieto de la segunda esposa de mi abuelo


    Fecha: 15/05/2019, Categorías: Hetero Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... calambres. Luego soportó mejor la preparación y pensé que estaba a punto. Me moví y nos pusimos en actitud fetal, paseando mi polla por el rafe del culo.
    
    Supe que con esta postura no iba a entrar mi polla en ese culo y decidí tumbarme e invitarlo a que se clavara en mi polla enhiesta. Se puso en cuclillas sobre mi y le ayudé y clavó muy rápido todos culo. El muy bruto, como se cogía de las manos, levantó sus pies y quedó atravesado totalmente, con mucho dolor, notando yo el peso de su culo sobre mi pubis. Tuve que tirar de él para que pudiera apoyar de nuevo los pies en el suelo. Me sonrió y me dijo:
    
    — ¡Ah!, ¡joder!, esto ha estado bueno.
    
    Yo le sonreía y comenzó a cabalgar y cuando se cansó, pasé ha follarlo yo, levantando mi cadera cada vez. El tipo la gozaba y sin avisar se corrió encima de mí, me llenó el pecho y la cara de su lefa. Lo que cayó en mis labios lo probé, salada, rica, muy rica y me animé a follar más deprisa y acabar:
    
    — Me corro, me corro… ya ya va, levántate…
    
    Se sentó, no me permitió moverme y tuve una perfecta corrida en su interior que fue mi verdadero placer. Se me echó encima y me besó. Le dije que tomara de su esperma de mi cara para darme a gustar. Lo hizo y con un beso nos mezclábamos saliva y esperma. Se incorporó, se dio la vuelta como en 69 y me chupaba ...
    ... mi polla tragándose todo lo que allí quedaba. Al rato comenzó a escurrir mi semen de su culo y me lo dejé caer todo sobre la cara, algo probé. Pero como la estocada había sido tan penetrante, de allí venían trocitos de caca de mi amigo y dejé de comer mierda.
    
    Estábamos sucios, muy sucios de semen, hierbas, hojas de los árboles, sudor y yo, además, de mierda. Así que buscaba dónde podría haber algún lugar para lavarnos. Le pregunté. Me dijo que no, pero que por allí no pasaba nadie a esas horas y que podíamos irnos a casa desnudos. No pasa nadie, pero nos cruzamos con un viejo que montaba un burro, con un señor en bicicleta, con un tío que nos miró riéndose y con un chico que al pasar por nuestro lado comenzó correr. No solo es que íbamos desnudos, sino que las ganas habían llegado y la teníamos de nuevo muy levantada y de vernos los dos en plan, la erección fue total. Llegamos.
    
    Entramos a la parte de la piscina, nos duchamos y nadamos. Hicimos más cosas, las dejamos de momento, pues una piscina en casa para nosotros dos, una cama amplia para nosotros dos, un baño para nosotros dos y dos abuelos contentos con nosotros dos… merecía todo esto que me quedara siete semanas. Si os lo cuento todo os aburriríais, pero descubrí que Lorenzo tenía aviesos planes y conocía a más gente para realizarlos. 
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