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Espiando a mi madre y a su nuevo novio
Fecha: 17/05/2019, Categorías: Gays Autor: FOLLADORLECHERO, Fuente: CuentoRelatos
... nalgas estaban completamente rojas, con marcas de manos. —Pero… ¿Qué te ha pasado en la cara y el pelo? —Le pregunté extrañado. —Eeeehhh…nada…nada…cenando…se me cayó la salsa encima y… ¡ya está, venga, sal de aquí que me tengo que vestir! —Me dijo casi echándome del cuarto. No tenía por qué no creerla, por lo que no di mayor importancia al tema y todo transcurrió con normalidad, si no fuera porque, al día siguiente, pasó de nuevo y, esta vez sentía curiosidad por la rojez de las nalgas, por lo que una vez más, fui tras ella y, esta vez, traía puesto unos tejanos ajustados, que por cierto realzaban toda la preciosa figura de su cuerpo. Esta vez no la avasallé, simplemente miré por la rendija de la puerta y, pude observar que, una vez más, llevaba toda la cara llena como de pegotes blancos y grandes manchurrones por toda la camiseta negra, aunque lo que más me llamó la atención, fue que, al quitarse el pantalón vaquero y agacharse a recogerlo, pude apreciar perfectamente como toda la raja de su culo, completamente depilada, al igual que su coño, y su ano se encontraba muy dilatado y con líquido blanco que salía de él deslizándose por su pierna, y una vez más varias marcas en sus rojas nalgas de manos muy grandes. Tampoco le di mayor importancia, dado que mi madre siempre me había parecido una mujer muy de su casa, nada buscona de hombres ni una mujer facilona. Los días pasaron y esto venía repitiéndose ya cada día, llegué a pensar que lo que le seguía observando ...
... cada día en el dilatado ano, sería posiblemente alguna pomada para la irritación o yo que sé… Ya por la mañana le pregunté por el amigo este, que tal. —Oye mamá…¿Qué tal el amigo este con el que vas? —Le pregunté. —Bien, es muy majo, me lo paso muy bien con él, nos estamos conociendo ¿Sabes? —me dijo con sonrisa tontorrona. —¿Quieres decir qué…? —Dije sin necesidad de acabar la frase mirando a mi madre con una media sonrisa. —Sí…me gusta, estoy muy a gusto con él, congeniamos, tenemos cosas en común —Me dijo algo más seria. —¿Cosas, como qué? —Le pregunté con curiosidad. —Pues…no sé…pues cosas…¡A ti que más te da! —Me dijo dándome con el codo en el brazo y yendo hacia la cocina. Me quedé con ganas de preguntarle porqué traía siempre el culo rojo, pero pensé que habrían estado mucho tiempo sentado en algún banco de piedra o alguna cosa por el estilo y, puesto que mi madre es tan blanca de piel, a la mínima de cambio le queda marca de cualquier mínima cosa. —¿Y por qué no lo invitas a casa aunque sea a comer para que lo conozca? —Le pregunté. —Pues…sería buena idea…vale, se lo preguntaré a ver que dice —Me contestó con una amplia sonrisa. Ella marchó a trabajar y yo a estudiar, puesto que los exámenes universitarios me quitaban mucho tiempo. A las 20:00, vino mi madre de trabajar, pero cuando abrió la puerta no venía sola. Junto a ella venía un chico alto, de unos 32 años, unos 6 años más joven que mi madre. —Hola Marcos —Me dijo mi madre ...