1. Relajo laboral


    Fecha: 18/05/2019, Categorías: Gays Autor: Neko534, Fuente: CuentoRelatos

    ... comer a un local de comida rápida, ella comió pollo y yo una hamburguesa, nos sentamos uno a lado del otro, "¿Esta rico?" Le pregunte, ella sin darme tiempo, introdujo su dedo índice en mi boca "¿Esta rico, no?". No lo podía creer, su carita de inocencia cambio a una risa picarona y demasiado sensual. Acaricie lentamente su dedo con la punta de mi lengua, solo la puntita pasaba por su dedito. Un par de segundos que parecían eternos.
    
    Ella lo saco despacio "si, esta rico, más de lo que pensé", solo se limitó a reír, yo hice lo mismo "esta es la mía, pensé". Me acerque a su oreja, rozándola con mis labios, dije en infantiles susurros "oye, ¿Porque hiciste eso? Me pasan cosas muy húmedas" al terminar, la puntita de mi lengua acaricio su orejita. Sentí su respiración agitándose, de a poco. Cerré mi boca y roce su orejita delicadamente terminando con un pequeño besito, un pequeño "muack", que sonó como un globo de goma de mascar y que reventó lo que ambos sentíamos. Me aleje, para seguir comiendo, con expresión frívola volví a mirar el plato, disimuladamente mire su rostro, también trataba de disimular entre tanta gente, sus pómulos estaban colorados. De repente, en esa hipócrita frivolidad, sentí sus deditos recorriendo mi muslo, apretando despacio, cada centímetro, era un palpitar más de mi pene. Era insoportablemente rico, no podía hablar, solo podía tratar de pasar desapercibido.
    
    Mientras ambos mirábamos sus respectivos platos. De a poco se acercaba más y más, no me pude ...
    ... contener y me mordí los labios, la puntita de su dedito empezó a acariciar mi verga dura y húmeda, cerré los ojos para contenerme, sus pulgar y su índice apretaron delicadamente el extremo de mi pene. Entre la gente y el bullicio típico del centro, entre todo eso, abrí un poco la boca y deje escapar un suspiro ahogado. Me tenía en sus manos. Mi brazo empezó a jugar en el suyo, ella entendió el mensaje y lo levanto un poco, para que pudiera meterlo por debajo, cuando lo hice, los dos últimos dedos de mi mano tocaban sus grandes y ricas tetas por el costado, las rasguñaba despacito con mis uñas, poco a poco me acercaba más y más a su pezón, ella seguía comiendo, yo también y ninguno de los dos podía mirarse a la cara.
    
    Despacio subía mis dedos en esa carne suave, sentía como palpitaba, ella apretaba más y más la punta de mi verga, mi bóxer estaba completamente húmedo, acerque mi pulgar a su pezón, y con este y el índice lo empecé a apretar despacio, como mamando. Ella se recogió. El hambre de comida se había transformado en un hambre distinta, hambre de gemidos, de sudor, de rasguños y caricias. "¿Terminemos de comer, de acuerdo?" Dijo acomodándose, tratando de que todo volviera a la normalidad, yo le seguí. Pero, ya no se podía. En silencio y rápido terminamos de comer, ella me tomo la mano, doblamos por una esquina y me detuve, le tome sus caderas grandes.
    
    Y la apreté contra mi cuerpo, ella bajo la cabeza, acerque mi rostro, nuestras frentes chocaron, y susurro "estoy un ...
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