1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 23)


    Fecha: 20/05/2019, Categorías: Confesiones Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    Matilda estaba reunida en la sala de estrategia del Tharsis II, con representantes del Consejo Federal y del Estado Mayor. Hacía una semana que se lo habían entregado, y aunque intentaba controlarse, la verdad es que está entusiasmada. Toda la antigua tripulación estaba en la nueva, ocupando casi todos puestos de responsabilidad. Camaxtli traspasó el antiguo computador con muchas mejoras y por lo tanto su avatar está operativo. Además de las armas más poderosas de la galaxia, también dispone de dos escuadrones de cazabombarderos polivalentes, mejorados por los ingenieros de Camaxtli, que pueden llevar a cabo misiones de ataque a suelo, o nave a nave, más un escuadrón de lanzaderas y transbordadores. También transporta un regimiento de infantería con un escuadrón de transporte aéreo propio. Es, junto a su gemelo, la unidad de combate más poderosa que jamás haya surcado la galaxia. Solo dos cosas no le gustan de la nueva nave. La primera, que no conoce a toda la tripulación como antes, es imposible conocer a los 3.600 que componen toda la dotación con infantería. Y la segunda, que a Ushlas la ve muy poco: entre sus funciones de primer oficial esta la de organizar el trabajo cotidiano, y siempre está muy liada. Matilda tiene que buscar una solución, porque no puede estar sin ella.
    
    —Es desesperante no saber nada. Todas las comunicaciones en el sector de Mandoria están colapsadas. El imperio ha instalado distorsionadores, y hasta que no los encontremos vamos a estar jodidos, ...
    ... —decía Matilda—. He mandado una patrullera a Mandoria, a ver si nos enteramos de algo de una puta vez.
    
    —También es desesperante que la flota imperial no presente batalla y se dedique a recorrer el 23 arrasando sistemas, —dijo el general Hassard.
    
    —Estamos cazando fantasmas, y lo peor es que no los cazamos.
    
    —Y mientras tanto arrasan los mundos cercanos a Konark, —apuntó un consejero.
    
    —Konark no corre peligro con la flota federal aquí, y cuatro ejércitos completos, casi millón y medio de soldados, al mando del general Burk.
    
    —Así es, pero mientras protegemos Konark y Raissa, desprotegemos el resto del sector.
    
    —Esta situación es una puta locura.
    
    —La clave esta en Mandoria. Si cae… —apuntó la almirante Rizé.
    
    —No va a caer, —la interrumpió Matilda.
    
    Mientras discutían, la oficial de inteligencia, la teniente Nicci, entró en la sala y entregó una tableta a Matilda.
    
    —¿Esto está confirmado —preguntó Matilda con cara de extrañeza.
    
    —Lo he confirmado con tres puntos de observación, —respondió Nicci.
    
    —Sigue en ello y mantenme informada, —ordenó. Después se dirigió a los demás y les dijo—: la flota imperial se retira del sector. Según los observadores lo hacen apresuradamente y en dirección a los sectores centrales.
    
    —No tiene lógica, —apuntó Rizé—. Nos tienen atados aquí.
    
    —Puede ser una trampa para que nos confiemos y sacarnos de las inmediaciones de Konark.
    
    —O puede que algo haya pasado en Mandoria, —dijo Matilda pensativa.
    
    —Para un repliegue ...
«1234...»