1. Doña Rocío la sirvienta. Primera parte.


    Fecha: 22/05/2019, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Masturbación Autor: Sensual1972, Fuente: xHamster

    ... blancas, y unas piernas moldeadas que me hicieron empalmar automáticamente. Al agacharse para sacar los pies, esas nalgas quedaron mirando hacia mí, y unos pelillos oscuros rebosaban más allá de las bragas por las ingles, que casi hacen que me corriera allí mismo. Era lo más cerca que había estado de una mujer en paños menores. Ni a mi madre la había visto en ropa interior. De pronto giró un poco el cuerpo para coger una percha, y pude admirar como un pecho enorme, tapado por el sujetador, sobresalía sobre su cuerpo gordito, pero escultural. Continuaba de espaldas, vistiéndose, momento que yo aproveche para volver al salón sin saber muy bien qué hacer para que mi empalmada bajara. Me senté en el salón, y me tapé con la revista. Al minuto salió la señora Rocío del cuarto de servicio, y entró en la cocina. Una vez que el bulto bajó, entré en la cocina para desayunar.- ¡Buenos días, Javier! Siéntate y te preparo el desayuno.- ¡Buenos días! - dije con apenas un susurro que salía de mi garganta, mientras mi mirada aún nerviosa miraba hacia el suelo.- ¿Te encuentras bien? Estás colorado y como sudando.- Mientras se acercó a mí, y ponía su mano en mi frente.- Pues no sé si tendrás fiebre, muchacho. ¿Te encuentras mal?- Estoy bien, solo ha sido un sueño que he tenido, y me he despertado así.- Pues sí que ha debido de ser malo para que te levantaras así.- No se preocupe, pero no recuerdo que fuera una pesadilla, sino más bien algo que me ha debido poner nervioso, y ya no lo ...
    ... recuerdo.- Pues mejor. De todas manera, desayuna, y túmbate un poco, y así descansas un poco mal, que no te vendrá nada mal.Desayuné mientras mis ojos continuamente miraban con deseo las caderas y tobillos de la señora Rocío, mientras ésta fregaba los platos en la pila. Cogí mis muletas, intentando disimular una nueva empalmada bajo mi pijama.- Espera que te ayudo, hijo, y te quito el cubo de la fregona, que lo he dejado en el pasillo.Y se agachó justo cuando pasaba a su lado. Quedando su cara a medio metro de mis partes. Según se incorporó, su mirada se fijó en el bulto que provocaba mi pene erecto en el pijama, y ahora la que tenía cara de no saber dónde mirar fue ella. Cogió el cubo, y se apartó nerviosa hacia el interior de la cocina.Me tumbé en mi cuarto con un trozo de papel higiénico que cogí del baño, y me hice una soberana paja en la cama. Una vez más calmado, fui al baño, y me arreglé y aseé para bajar al salón.Ese día fue el primero de mi sexualidad desde un punto de vista que hasta entonces no conocía, y desde entonces mi gran pasión por las mujeres con grandes curvas.Los siguientes días me despertaba muy pronto para intentar ver a escondidas a Rocío, pero resulta que de los nervios no era capaz de acercarme a la puerta del cuarto del servicio, y me tenía que ir a pajear antes de que saliera. Recuerdo que ella también estuvo un par de días como más nerviosa después de ver el abultamiento de mi pijama aquella mañana, y eso me marcó un poco de distancia.Poco a poco se fue ...
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