1. Vente dentro de mi


    Fecha: 26/05/2019, Categorías: Primera Vez Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    ... más bien lampiña, y como la noche de mi fiesta había decidido no usar ropa interior, depilé el escaso vello de mi puchita antes de vestirme. Así que mi hermano encontró una superficie suave y sin vello en donde su boca empezó un beso como antes lo hiciera en mi boca. Sus labios encerraban por completo la entrada de mi cavidad y movía la cabeza haciendo lentos movimientos que traté de predecir, pero cuando pensaba que me besaría en círculos, movía su cabeza hacia los lados, y cuando pensaba que lo seguiría haciendo por escuchar mis quejiditos, pasaba su lengua de arriba a abajo, mezclando su saliva con mis abundantes flujos. Luego, su lengua empezó a describir círculos alrededor de mi botoncito, el muy cabrón de mi hermano sabía cómo dar un buen oral a una mujer. Cuando la resbalosa superficie de su lengua acariciaba mi clítoris, tomé su cabeza por el cabello con mis manos y elevé mi cadera con fuerza, haciendo el roce aún más intenso. Mis gemidos, más débiles que los de mi madre, se confundían a veces en una morbosa música de madre e hija disfrutando de los hombres de la casa. Mi hermano comenzó entonces a lamer mis ingles y el interior de mis muslos mientras me introducía en la vagina primero un dedo, luego dos, pero cuando lo hizo, empezó a dolerme, mi vagina no había disfrutado de algo más grueso que uno de mis dedos, así que no estaba acostumbrada. Pero mi hermano persistió y no solo movía sus dedos hacia adentro y hacia a fuera, también los giraba mientras me los metía y ...
    ... los sacaba.
    
    -Date vuelta y ponte las almohadas abajo de tu cadera, Candy, voy a enseñarte otra cosa-. Me indicó mi hermano en voz baja y yo que estaba cachondísima, sin decir nada obedecí sus instrucciones y me tumbé con el vientre hacia abajo y con el culo levantado por las dos almohadas que había colocado debajo de mí. Mi hermano se arrodilló detrás de mí, me abrió las piernas y me levantó la falda que había quedado por casualidad bien acomodada en su lugar, me la subió hasta la cintura, dejando al descubierto mis nalgas. Como yo había estado disfrutando tanto de su lengua en mi clítoris, quise prolongar la sensación y metí mi brazo debajo de mi cuerpo hasta que con la punta de los dedos alcancé mi ardiente botoncito, que comencé a frotar muy fuerte. Ahí estaba yo, como en la fantasía de mi hermano, tumbada en mi cama boca abajo con el culo desnudo y levantado y las piernas bien abiertas y estiradas hacia atrás, solo que esta vez, además me estaba masturbando frente a él. Entonces sentí que mi hermano tomaba mis nalgas, una con cada mano y las abría para luego meter su cara entre ellas y comenzar a lamerme el ano y pasar su lengua a lo largo de toda mi raya. Era una sensación tan intensa que empecé a gemir más fuerte y a masturbarme a una mayor velocidad -Shhh, te van a oír aquí al lado Candy-. Me regañó mi hermano. Yo asentí, y con mi mano libre me cubrí la boca, en un intento por ahogar mis gemidos. Sentía la lengua de mi hermano lamiendo mi ano y luego bajar hasta mi ...
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