Incesto tras incesto
Fecha: 29/05/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
Esteban era un joven gallego de 18 años, moreno, de ojos negros, alto y muy guapo, que no sabía si era de carne o si era de pescado.
Principios de agosto de 1971.
Esteban estaba en el monte tumbado a la bartola mientras las cabras apastaban, llegó a su lado su tío Arturo, un hombre pelirrojo, bajito, de 25 años, casado y sin hijos. Se sentó a su lado y le preguntó:
-¿Ya te estrenaste, Esteban?
-Aún no.
Se lo dejó caer sin anestesia.
-¿Quieres estrenarte con tu tía?
Aquello era algo que jamás esperaría que le dijera su tío.
-¡¿No te importaría?!
-No.
-No creo que ella quiera.
-Fue ella la que me dijo que te lo peguntase. Quiere enseñarte a follar.
-¿Y eso a qué se debe?
-Es una fantasía que tiene.
-¿Cuándo sería?
-Mañana a la tarde te estará esperando.
-¿Tú vas a estar?
-No, mañana no puedo.
Le volvió a preguntar:
-¡¿Seguro que no te importa?!
-Seguro. Si ella es feliz, yo soy feliz.
-Me cuesta creer que seas tan abierto sin un motivo. ¿No hay algo más, tío?
-Para ser tan joven no se te clavan tan fácil. Lo cierto es que me pilló con tu prima Julia, y este es el precio que tengo que pagar si quiero seguir con tu tía. Estrenándote con ella me harías un favor.
Al día siguiente, Esteban, llegó a casa de sus tíos. Su tía María le abrió la puerta.
-Buenas tardes, tía.
-Lo serán. Pasa.
Entró en la casa y la mujer cerró la puerta. Estaba vestida con una funda blanca de las que usaba su marido para trabajar ...
... de pintor. El cabello negro lo llevaba recogido en dos trenzas largas que le bajaban hasta la cintura y calzaba unos tenis blancos. En el comedor, le preguntó:
-¿Quieres beber algo, Esteban?
-No.
María bajó la cremallera de la funda y Esteban le vio las tetas, unas tetas grandes a las que no se les veía las areolas marrones, ni por supuesto, los grandes pezones. Esteban se puso más nervioso de lo que ya estaba y comenzó a tragar saliva. María, sonriendo, le preguntó:
-¿Estás nervioso?
-Mucho.
-Relájate que lo vamos a pasar muy bien. Dime: ¿Es verdad que aún no cogiste con una mujer?
-Sí, es verdad.
María, le rodeó el cuello con los brazos y le dio un morreo que le puso la polla a temblar.
-¿Nunca te había besado con lengua una mujer?
-Ni mujer ni hombre. Ni con lengua ni sin lengua.
María, le echó la mano al paquete. Se encontró con la polla dura cómo una piedra, lo volvió a besar, y después, le dijo:
-Se nota, cariño, se nota.
Lo tomó de la mano.
-Ven, te voy a enseñar cómo se coge con una mujer.
Al llegar a la habitación, de pie, al lado de la cama, cogió la teta izquierda con una mano, y le dijo:
-Pasa tu lengua por el pezón -se la pasó- ahora por la areola y chupa -hizo lo que le dijo- Coge las dos tetas, magréalas y lame y chupa.
Lo tuvo mamando sus tetas grandes y esponjosas unos minutos, después se quitó la funda, los tenis y se echó boca arriba sobre la cama.
-Ahora te toca aprender a comer un coño y un culo.
Le ...