1. 47.3 Lluvia dorada


    Fecha: 25/08/2017, Categorías: Hetero Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... boca, sabe deliciosa a sus jugos y a mi culo.
    
    La meto hasta el fon de de mi garganta y la saco para darle vueltas con mi lengua, hasta que le llega el clímax y un poderoso orgasmo le hace temblar a la vez que lanza la preciada carga de sus huevos en mi lengua y paladar.
    
    Como siempre, su verga parece un manantial derramando su leche que me gusta tragar, y sentir su suavidad en mi boca, y bañar su verga en su propio semen y sus jugos mientras me masturbo, y llega mi momento bañando mis muslos con mi leche.
    
    Después de un minuto de lamer su polla, hasta que la tiene limpia y brillante como el oro, me pone de pie para besarme metiendo su lengua en mi boca.
    
    -Te lo has comido todo glotón. –sin que se dé cuenta, recojo de mis muslos algo de mi esperma y se lo ofrezco en mis dedos.
    
    Me mira lujurioso y va chupando uno a uno, mamando de ellos, me gusta, sí, su succión causa cosquillas en mis dedos y le sonrío dándole las gracias sin hablarle.
    
    Mientras saca el coche del garaje me escapo para llegarme a lo floristería más cercana, y compro un ramo de veinte rosas rojas y blancas que se cómo van a poner de contenta a Vivianne.
    
    Iniciamos el camino, el desayuno ha resultado espartano, zumo y té. La carretera está hoy más despejada que un día de labor, no hay tanto tráfico y casi ningún camión. Una vez que ha puesto el destino en el navegador del choche dejo en sus manos el llegar a nuestra meta.
    
    No es que yo sea malo conduciendo, en realidad no lo sé, pero verles a ...
    ... Nicolás y a él me parece una maravilla, no van tensos y disfrutan conducir, manejar la máquina para ellos debe resultar un placer, mientras yo voy tenso y deseando abandonarla, terminar los viajes y dejar de sufrir la tensión que la conducción a menudo me produce.
    
    Cuando llegamos a la carretera que conduce a la casa de André y va paralela al canal, se que estamos llegando. El campo estaba rutilante y muy diferente a la vez que estuve aquí con Nico. La primavera ha reventado en colores, también temo por mi alergia que espero no me estropee el momento.
    
    Repentinamente detuvo el coche y se puso a buscar en su cartera, extrajo una tarjeta que yo conocía muy bien, con su ribete de filigrana dorada y una dedicada y exquisita letra, “Para Vivianne, no sé si habré acertado, pero lleva toda mi mejor intención” en francés.
    
    -Para que la coloques en el ramo de rosas. –era la misma tarjetas que siempre empleaba la abuela y su letra. No sabía que decir y como agradecerle el detalle, me esforcé para llegar con mis brazos a su cintura y estrecharla.
    
    -Lo tenías preparado todo. –alargó su cabeza hasta llegar a mí y ofrecerme su boca que besé.
    
    -¿Cómo has metido a la abuela en esto? -soltó una carcajada mientras volvía a poner en marcha el coche.
    
    -Ya sabes que para los detalles no hay otra igual, y tenía que ayudar a dejarte en buen lugar ante tus amistades. –detiene su risa y al final.
    
    -No es verdad, lo pedí yo que lo hiciera. -no sé lo que pensar de él, me desconcierta muchas ...
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