Desafío de galaxias (capitulo 17)
Fecha: 02/06/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... ni el presidente, ni la madre que os parió, vais a impedir que baje con mis tropas, —la interrumpió mientras se dirigía al turbo ascensor—. Ya sabes lo que tienen que hacer. General, el mando el tuyo.
Los vórtices de la primera oleada se abrieron a escasos 50 Km del grueso de la flota enemiga que no esperaba el ataque. Tres fragatas, cinco corbetas y 34 patrulleras, surgieron de ellos y se lanzaron sobre las fragatas enemigas. Las pocas que lograron reaccionar, eran incapaces de fijar blanco en las naves federales que disparaban con sus baterías de fuego continuo mientras se movían a una velocidad endiablada. Cuando los vórtices de la segunda oleada se abrieron, la flota federal ya había logrado empujar a la flota bulban fuera de la zona segura de la órbita de Faralia. Desde su centro de mando, Marión vio la zona de batalla llena de explosiones y descargas, pero siguiendo los planes, inicio un vertiginoso descenso de combate. Una vez el Fénix en el suelo, las compuertas de abrieron y más de treinta transbordadores y lanzaderas partieron con tropas en su interior al mando directo de la general Martín. En la retaguardia bulban, aterrizaron los transportes de la 102.º división acorazada de la general Oriyam. Salieron de ellos, y agrupándose las unidades, avanzaron con profundidad por la retaguardia enemiga. Al mismo tiempo, tres divisiones de infantería desembarcaban en la zona occidental de la periferia y atacaba las desordenadas líneas invasoras. Los carros de combate de la ...
... 101.º división, salieron de la ciudad y atravesando las llanuras del norte se unieron a la batalla.
En el espacio, la capitán Aurre, al mando de la España, y sus cuatro patrulleras de escolta, era la que más había penetrado en la formación enemiga. En sus intentos por alcanzarla, las fragatas bulban se alcanzaban ellos mismos entre si con sus temibles cañones principales. Las otras dos fragatas, la Princesa Súm y la Tanatos, con tripulación maradoniana, con sus grupos de escolta hacían lo mismo. Cuando los bulban conseguían alcanzar a las naves federales con sus baterías secundarias, no conseguían nada a causa de los escudos que las protegían.
En la ciudad, la general Martín aterrizó con sus tropas en la retaguardia de las tropas que combatían en la brecha abierta en las defensas de la ciudad. Una vez en tierra y agrupadas, protegida con su escudo y con la pistola de la mano, avanzó al frente de las tropas mientras el general Opx atacaba de frente. Cuando lograron embolsar a los bulban, Marisol, sacando su espada mientras se protegía con el escudo, salio del parapeto y grito: ¡Escuadrones, avanzad! Y salio corriendo hacia ellos seguida por sus mil soldados, entablando un furioso cuerpo a cuerpo. Opx, cargo también con sus fuerzas, y en pocos minutos, Marisol y él se encontraron sobre un montón de cadáveres enemigos.
—¿Sabes que estás mal de la cabeza? —preguntó Opx riendo.
—Yo también te quiero, —respondió Marisol riendo también mientras se abrazaban—. ¿Está todo ...